Colapso en las asesorías
Los despachos aragoneses están desbordados por las múltiples gestiones que demandan las empresas, sobre todo debido a los ERTE
El coronavirus ha dejado inactivos a un número creciente de trabajadores y empresas, pero se da la paradoja de que hay negocios donde la crisis ha hecho que se trabaje a destajo. Es el caso de las asesorías laborales, que están desbordadas ante la tormenta perfecta que se ha formado en torno a su actividad al tener que gestionar las múltiples derivadas que sufren las empresas por culpa de este crisis sanitaria. No dan abasto para satisfacer toda la carga administrativa que requieren sus clientes en este momento crítico, sobre todo debido a la avalancha de expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que deben tramitar con urgencia algunas compañías para mantenerse a flote.
«La situación es de colapso absoluto en todos los despachos», asegura Miguel Poveda, presidente de la Asociación Empresarial de Asesores Laborales de Aragón (AEAL), que agrupa a un centenar de firmas de la comunidad. «Todo el mundo quiere su ERTE rápido, pero solo tenemos dos manos», apunta. A pesar de ello, aplaude la gestión que está llevando a cabo el Gobierno de Aragón en esta materia y la resolución de las dudas ante esta situación sin precedentes. «La Dirección General de Trabajo está teniendo un comportamiento ejemplar», afirma.
Este colectivo profesional no está tan conforme con otros organismos públicos como la Agencia Tributaria y la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) que, a su juicio, están teniendo «una falta de sensibilidad total» hacia las empresas y trabajadores por no aplazar el pago de impuestos. «El problema fundamental está en la presentación de documentos. Si la empresa está cerrada, cómo liquida impuestos, si además se recomienda no salir de casa», reflexiona.
Ante tal vorágine, a las asesorías siguen «abiertas y sin limite de horarios», pero sin recibir a clientes en sus oficinas y haciendo todo por internet.
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