Tóxicos frente a solidarios
Rubio (Clint Eastwood) le explica a Tuco (Eli Wallach) en El bueno, el feo y el malo (1966) que en el mundo hay dos tipos de personas: los que tienen un revólver cargado y los que cavan. Rubio sostiene el arma, así que al pobre Tuco le toca sudar. Eso ocurre en el western. Aquí y ahora, ante una gravísima crisis que hace temblar al mundo entero, descubrimos dos tipos de personas: los que crean problemas y los que solucionan problemas. En realidad, no hace falta una pandemia para descubrirlos. Basta un día cualquiera para apreciar cómo se divide el mundo.
En el trabajo, Marta se queja del aire acondicionado y Tomás se levanta para apagarlo; Mario protesta por la impresora atascada y Laura abre la máquina y extrae el folio arrugado. En la comunidad de vecinos, el del 2º B sube el volumen de la tele y son los demás quienes tienen que adaptarse a sus ruidos y horarios.
La pandemia del coronavirus nos desvela con otra magnitud esa división entre personas tóxicas y solidarias. Un montañero huye del estado de alarma y se marcha al Pirineo para crear problemas; la Guardia Civil tiene que emplear un helicóptero para solucionarlos.
Un ciclista se salta la cuarentena y sufre un accidente; los servicios de emergencias se ven obligados a malgastar material, tiempo y personal para atender a semejante carnuz. Javier Tebas, presidente de la Liga, hace acopio de los test de coronavirus, que escasean en el país, para los futbolistas; Luis Rubiales, presidente de la Federación, le recuerda que esas pruebas, escasas y valiosas, son vitales para las personas vulnerables y un privilegio para los deportistas. Conciencia social y solidaridad son conceptos que no entran nunca en algunas molleras.
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