Tráfico
CALLES COMO EL DÍA DE NAVIDAD
La circulación rodada descendió ayer de forma radical en las calles de Zaragoza, hasta quedar reducida a la que se ve habitualmente poco antes de la cena de Nochebuena y de las uvas de fin de año, como explicó gráficamente un miembro del Centro de Gestión de Tráfico en la capital aragonesa. «No se ven apenas coches en las nueve pantallas que controlo», explicó. «Hay tan poco movimiento que, cuando pasa un vehículo, te llama la atención y te fijas, no se pierde en medio de otros coches, como pasa normalmente», añadió. Y otro tanto ocurrió en las rutas que van a los lugares turísticos, como el puerto de Monrepós, en la A-23. «Se ve cómo los pájaros bajan al asfalto, se posan y lo atraviesan dando saltitos», señaló una controladora del tráfico en el turno de mañana. Esa imagen insólita, que se produce hasta en la autopista de Barcelona y en la autovía de Madrid, es un reflejo más del renacer de la naturaleza debido al retroceso temporal de la actividad humana, señalan los ecologistas.