«Los ingresos de marzo no llegan ni para gastos»
Jesús Navarro, de Yodaflor, ha tenido que tirar la flor.
En el mismo sector, pero en la venta al público, trabaja Cristina Ferrando, propietaria de la floristería Flores Trébol, en el zaragozano barrio del Actur. Además, se ha visto afectada por el decreto en una doble vertiente: tenía previsto casarse el sábado 21 de marzo, pero decidió posponerlo ante las restricciones en la celebración de eventos. «Las flores, todas las plantas de exterior y sobre todo la cancelación de eventos como las bodas nos afecta mucho», asegura esta zaragozana que recuerda que las pérdidas incluyen «no solo lo que dejas de ingresar, sino todo el material en el que has invertido y que vas a perder porque la flor fresca, evidentemente, no aguanta más de una semana».
Ferrando recuerda que tener la persiana bajada complica la viabilidad de cualquier negocio. «Tenemos los mismos pagos fijos: la cuota de autónomos, el alquiler del local, los gastos de electricidad y teléfono, los pagos a proveedores... Cuando tienes ingresos puedes hacerle frente, pero si no, es muy complicado», reconoce.
No obstante, subraya la implicación de los autónomos para salir de esta crisis. «No es un disgusto cerrar porque sabemos que hay una causa de fuerza mayor: lo primero es la salud, la nuestra, la de nuestros clientes y la de toda la ciudadanía, y a ello tenemos que contribuir», reflexionó.
Pero las cuentas no salen: «Los ingresos que tuvimos en los primeros días de marzo no llegan ni de lejos para cubrir los gastos», y lamenta que las medidas propuestas dejen fuera a las floristerías. «Estamos analizando todo con la gestoría, pero parece que somos negocios de primera necesidad, aunque no tenemos clientes y la inmensa mayoría estamos cerrados», denunció la propietaria de Flores Trébol.
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