Paradojas
Desde hace varias décadas –sobre todo– el fenómeno de internet invade nuestro entorno completamente, de tal manera que ni los más avezados observadores del mundo podrían haberlo vaticinado.
Lo paradójico, no obstante, es que en esta época de comunicación superabundante, de conexión prácticamente infinita y donde proliferan las redes sociales y apps de todo tipo el fenómeno de la soledad ¡ojo! haya aumentado.
Recientes estudios en diferentes países por expertos lo aseguran fehacientemente, afectando no solo al segmento de los mayores como se presumía con anterioridad, sino también a las diversas etapas de nuestra sociedad.
Porque, a la vez que ha supuesto esta nueva vía un extraordinario avance en cuanto a obtener un millón de presuntos amigos en cualquier rincón del mundo tan solo con un clic, adolece de no poder escuchar al otro ni conectar con él personalmente.
Y es que el hecho de disponer actualmente cada vez de más comunicación, no es óbice –lamentable– para estar cada vez más solos.