Las necesidades han cambiado
Miedo colectivo exacerbado que está llegando en histeria colectiva con la crisis del coronavirus. Compra de pánico, desabasteciendo centros de alimentación en un acaparamiento irracional de bienes en grandes cantidades, provocado por el miedo. Vaciando estanterías de supermercados como si se acercara literalmente el fin del mundo.
Estamos más preocupados en llenar nuestras despensas que seguir unas pautas de comportamiento.
Las necesidades han cambiado, ahora la prioridad es limpiarse el culo, no hay más que ver los ingentes carros abarrotados del papel higiénico, llegando a haber peleas por el preciado elemento al ver el estante semivacío, o no dar tiempo al empleado a desempaquetar el producto antes de que los clientes se lo quiten de las manos.
Mientras, nuestras saturadas salas de urgencia hoy permanecen semivacías. De pronto no hay catarros, ni dolores de estómago, ni reumáticos.
El miedo al contagio hace que los males leves que antes parecían graves ahora se puedan curar en casa.
Un día u otro esto pasará. El coronavirus habrá ido y venido a por unos cuantos. Las otras amenazas también, la manipulación, el uso en abuso, la idiotez, y es una incógnita saber hasta qué punto las personas habremos aprendido a vivir de otra forma, más responsable, calibrando mejor sus prioridades y sabiendo valorar lo importante.
Quizás por imaginar, que esta crisis que se ha apoderado de gran parte de la población que ha acudido en masa a los supermercados para aprovisionarse de alimentos y productos, ha sido en parte debida ante las recomendaciones que nos van llegando de quedarnos, sine die, en nuestra casa. Pero aun así, sigo sin entender ese afán por tener el culo limpio.