¡¡¡Gracias totales!!!
Estas gracias deberían haberse escrito antes de la crisis del coronavirus, pero ahora hay que decirlo más alto y más claro. Muchas de vosotras tenéis familia, hijos, con padres y abuelos posiblemente a vuestro cargo. Por tanto vivís con miedo por vosotras, con miedo por el contagio que podríais provocar a los vuestros. Y, sin embargo, allí estáis. Cada día, cada noche. Barriendo los miedos y componiendo la mejor sonrisa para los ancianos residentes y para las familias.
No es fácil lo que hacéis y además ahora se trata de hacerlo aportando, más que nunca, el afecto del que en estos días están mermados nuestros mayores por el aislamiento impuesto. Muchos de los aplausos que suenan en los balcones y las ventanas de España van por vosotras. Es un gesto pequeño para expresar una gran deuda con vosotras.
En estos días, separados forzadamente de los nuestros, que están en vuestras exclusivas manos, quisiéramos que os llegara nuestro reconocimiento y nuestra gratitud. Vosotras, ante la crisis, sois de la gente que aprieta los dientes y suma y multiplica. No restáis, no dividís. No os entretenéis comentando desde la acera lo que otros hacen. Vosotras hacéis. Esa es la gente que hace falta en las crisis. La gente necesaria. Personas útiles que solucionan. Vosotras lo sois. Vosotras habláis alto y claro con vuestros actos cotidianos.
No siempre lo expresaremos los familiares y toda la sociedad, no siempre lo contaremos bien, pero sabed que estos días, de forma especial, lo que nos sale de dentro es una gratitud infinita por vuestro esfuerzo, vuestro talento y vuestro coraje. Gracias Totales.