El Periódico Aragón

«La vivencia te cambia»

El zaragozano Fernando Sánchez recibe el alta tras 13 días de aislamient­o por cornavirus en el hospital Royo Villanova y explica que es superar la enfermedad «te ayuda a filtrar lo importante»

- F. MANTECÓN fmantecon@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

El zaragozano Fernando Sánchez Escribano es el protagonis­ta de una de las pocas buenas noticias, y motivo para la esperanza, que está dejando la pandemia en Aragón. Este marurgenci­as. tes, tras 13 días de ingreso hospitalar­io, fue dado de alta en el hospital Royo Villanova de Zaragoza, curado de coronaviru­s. Lo fue junto a su compañero de habitación Yassin Rqiq, con quien ha forjado una amistad que se presume duradera tras tantos días de encierro. Fueron despedidos entre aplausos por el personal sanitario, «corazones con rostro», como los llama Sánchez, en una imagen que se ha hecho viral y que el propio Gobierno de Aragón ha difundido en sus redes sociales.

Fernando admite que no sabe cómo se contagió, «no he estado en contacto con ninguna persona que hubiese viajado a zonas de riesgo recienteme­nte». Pero el caso es que el pasado 7 de marzo se empezó a encontrar mal, con fiebre, y la doctora de su empresa, Valeo, le mandó a casa. La fiebre continuó, y en el centro de salud le indicaron que, si empeoraba, fuese a Y el día 13, a las 2.00 horas, ya no pudo más, notaba «algo raro en el pecho», y se fue para allá.

No es que fuera despreveni­do, de hecho este zaragozano, de 52 años, ya había hecho lo posible para aislarse en casa de su mujer y sus dos hijas. Y al parecer funcionó, porque no están contagiada­s. Pero aun así, cuando le dieron el diagnóstic­o, no fue agradable. «Al día siguiente a la una y media de la madrugada, entraron a la habitación todos protegidos, parecían los GEOS», bromea.

Comenzó entonces una dura lucha, capitanead­a por la doctora Eulalia Munilla, con la que se deshace en elogios. «Si algo me duele es haberme ido sin haberle agradecido todo lo que ha hecho, a ella y al personal sanitario. Pero volveré, la caja de bombones la tienen garantizad­a», promete.

La doctora le fue pidiendo permiso para aplicarle tratamient­os retroviral­es siguiendo las directrice­s de la Organizaci­ón Mundial de la Salud, «fármacos que se usan en el tratamient­o del VIH y la malaria», explica.

Pasó malos momentos, con una capacidad pulmonar saturada «hasta el 80% o 90%» por la neumonía asociada, que le impedía hablar. «Era muy desagradab­le, cada vez que te movías notabas como se recolocaba­n los pulmones», recuerda. «La verdad es que asusta, pero hay que tirar para delante. Con la medicación estabas como en un barco, mareado».

Durante esos días, compartía habitación con Yassin, de 32 años y profesor de Energías Renovables en Master D, que ha tenido una evolución casi calcada. Desde ahora, su gran amigo. «Son 13 días en la habitación, une mucho. Nos dábamos ánimos porque había momentos duros, con el parte diario de muertos e infectados. En la medida de lo posible les facilitába­mos el trabajo a los sanitarios, nos tomábamos la tensión y la temperatur­a y se lo decíamos por el telefonill­o», explica.

Para el personal, de enfermeras a celadores, se quedan cortos los elogios. «Son corazones con rostro, me revienta que, si les viera por la calle, sin la mascarilla, no les reconocerí­a. Nos cuidaban y animaban como si fuéramos familia», explica

Con esta mantenía contacto por el móvil, cuando podía hablar, «la videollama­da ha sido fundamenta­l», cuenta. Pero sin preocupar, de hecho «mi madre no ha sabido que he tenido coronaviru­s hasta el alta. También llamaba mucha gente de Miedes (el pueblo donde tienen su segunda residencia), que, sin ser de allí, te emociona más», explica.

Y así transcurri­ó el encierro hasta que, este martes por la tarde, llegó el alta. «Nos prepararon la sorpresa de los aplausos, y desde las habitacion­es de aislamient­o veías a otros despidiénd­ose con abrazos», cuenta, emocionado.

Ahora se ha preparado su propio aislamient­o en casa, con mascarilla­s y guantes y un cuarto para él. «Mantengo la distancia con mi mujer y mis hijas, pero al menos las veo, que es lo importante».

Fernando ha salido del hoyo del coronaviru­s entero, pero no sin cambios. «Es como un Gran Hermano de la Salud, te hace vivir todo muy intensamen­te, replantear­te cosas y filtrar las importante­s». Una experienci­a que es de esperar que compartan cada vez más personas a medida que la crisis amaine.

Sánchez se deshace en elogios hacia la doctora, que le trató con retroviral­es para el VIH y la malaria Fernando Sánchez PACIENTE CURADO DE CORONAVIRU­S «El personal es un corazón con rostro, te cuida y anima como si fuera tu familia»

«Mantengo la distancia con mi mujer e hijas pero las veo, que es lo importante»

 ?? SERVICIO ESPECIAL ?? Recuperado Fernando Sánchez se mantiene en aislamient­o en su casa, pero ya pudiendo ver a su mujer y a sus dos hijas.
SERVICIO ESPECIAL Recuperado Fernando Sánchez se mantiene en aislamient­o en su casa, pero ya pudiendo ver a su mujer y a sus dos hijas.
 ?? SERVICIO ESPECIAL ?? Viral El vídeo de Fernando y Yassin, aplaudidos por el personal al salir.
SERVICIO ESPECIAL Viral El vídeo de Fernando y Yassin, aplaudidos por el personal al salir.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain