BSH cerrará tres semanas sus dos fábricas de Zaragoza
Montañana y La Cartuja, con 1.700 empleados, pararán a partir de este sábado El cese temporal se extiende día a día entre las grandes industrias aragonesas
BSH Electrodomésticos cesará finalmente su actividad en las fábricas zaragozanas de Montañana y La Cartuja durante tres semanas –a partir del próximo sábado– debido a los efectos del coronavirus, lo que engrosa la lista de grandes industrias aragonesas que optan por esta medida. Ambas plantas, que suman más de 1.700 trabajadores, ya suspendieron la producción tres días la semana pasada, pero el lunes volvieron a la carga. La decisión fue adoptada por la central del grupo en Alemania y afecta a todas sus factorías en España y Europa.
El presidente del comité de la planta de Montañana, Carlos Guerrero, se mostró ayer satisfecho por esta medida, aunque lamentó «la reacción tardía» de la compañía ante el clamor de los trabajadores, que vienen reclamando que se interrumpa la actividad desde se decretó el estado de alarma. De hecho, los empleados de la factoría del barrio de Santa Isabel se plantaron el pasado martes por la falta de medidas de protección, lo que hizo parar la producción.
A raíz de ese conflicto, la empresa ha reforzado y extremado la seguridad y salud de la plantilla, con medidas como la entrega de un kit de limpieza a cada empleado, la instalación de mamparas de cristal para evitar el contacto en algunas áreas de producción o la reducción del ritmo de trabajo. Por este motivo, BSH Montañana funciona esta semana con el 35% de una plantilla que ronda los 1.500 trabajadores y solo tiene en marcha una línea por turno en hornos y dos en inducción. En este último caso se ha regularizado la actividad para garantizar el distanciamiento prudencial, de tal manera que hay un empleado para cada dos operaciones.
«Llevamos / un montón de reuniones pidiendo parar la actividad, sobre todo esta semana que venía el pico de contagios», afirmó Gurrero, que pertenece al sindicato Trabajadores Independientes de Balay (TIB), aunque reconoció que las medidas adoptadas han sido bien recibidas por la plantilla. «Lo peor de todo es la psicosis que tiene la gente», agregó, En este sentido, aseguró de que en la fábrica existen dos casos en seguimiento por posible contagio de coronavirus.
La interrupción de la producción será cubierta por diferentes fórmulas recogidas en el convenio (vacaciones, cese de calendario y de flexibilidad). La compañía evitará así aplicar un ERTE. No obstante, este ajuste laboral no se descarta más adelante. «Si lo cosa sigue así habrá que negociar uno», reconoció Guerrero.
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