El capitán a priori
Los profesionales sanitarios luchan contra la enfermedad, como muchos otros trabajadores, y la inmensa mayoría de la población respeta las órdenes del gobierno para defender la salud de todos. Muchos están preocupados por sus seres queridos, tienen a familiares enfermos, han perdido a alguien y no han podido despedirlo. Hay una inquietud general por la economía; en muchos casos sufrimiento.
Hay problemas muy distintos, a todos nos afecta alguno. César Rendueles criticaba cómo se había ignorado a los niños en las medidas. Parece incluso que había algo de ánimo de revancha: por fin no molestarán. Ha podido tener consecuencias graves una cierta insensibilidad: como la enfermedad era más peligrosa para las personas de edad y con patologías previas, muchos le restaban importancia. También la emergencia facilita inquietantes ramalazos
Si miras desde fuera, como ha señalado Víctor Lapuente, o si observas relaciones cotidianas, ves un espíritu de unidad y solidaridad, que no debería excluir la crítica. Si miras los medios y las redes sociales, ves más polarización.
En el terreno del análisis ha sido llamativo. Durante semanas vimos cómo se minimizaba la amenaza. Había varios factores: un problema de imaginación, una tendencia a pensar que lo que no nos gusta no va a ocurrir, una desconexión