Sanidad eleva hasta los 58.000 los ‘tests’ rápidos defectuosos
El fabricante en China reemplazará las pruebas por otras de mayor «fiabilidad» El Gobierno trabaja con la hipótesis de tener que endurecer las restricciones
El Ministerio de Sanidad reconoció ayer que España adquirió a China 58.000 tests rápidos de detección del coronavirus sin el «nivel de fiabilidad requerido», y no los 9.000 que el Gobierno admitió en un primer momento. El departamento que dirige Salvador Illa explicó que esas 58.000 pruebas exprés formaban parte de una partida total de 640.000 que se compraron a través de un proveedor nacional a un fabricante en China.
Primero llegaron 8.000, que se ha detectado que no eran de la calidad que especificaban los certificados, y por eso se han retirado. Además se han devuelto otras 50.000 unidades, que aún no habían sido distribuidas y serán sustituidas por otras.
Eso supone que el fabricante «enviará 640.000 unidades de un nuevo modelo con las especificaciones y sensibilidad requeridas en los próximos días», según Sanidad. Illa argumentó que «España no va perder ninguna oportunidad» de compra en un mercado en el que todos los países están compitiendo por adquirir el material necesario para frenar el covid-19, pero «va a ser exigente y va a comprobar» que los productos cumplen con los estándares de calidad.
El Ejecutivo / sigue sin revelar el nombre de la proveedora española que compró esas pruebas rápidas a Bioeasy, una compañía que, según dijo ya la Embajada de China en España, no tiene licencia para vender esos productos y no está entre las que recomiendan sus autoridades. El Gobierno ha realizado varias operaciones de compra con China, además de las descritas, que suponen la adquisición de un total de cinco millones de pruebas rápidas, necesarias para conocer la extensión real de la pandemia en España, dado que hasta ahora solo se rea