“No dejamos que nadie entre o salga del hospital con guantes”

Tomás Cortés trabaja en el hospital Clínico como vigilante de seguridad y durante estas semanas ha vivido un cambio drástico en la labor que venía haciendo hasta ahora. «La situación ha cambiado: han duplicado seguridad, se han restringido las entradas y solo hay dos accesos y se lleva un control rígido de cuántas personas entran para que solo haya una por habitación», cuenta.

Cortés hace hincapié en que ahora mismo la prioridad de los vigilantes es evitar la circulación de un edificio a otro como se hacia antes. «Hemos limitado la afluencia de gente y los trabajadores solo se pueden mover por su zona de trabajo», explica. Además, en las dos puertas de entrada que solo se han dejado abiertas, los vigilantes tienen que estar en todo momento controlando que «nadie entre ni salga con guantes» debido a que si accede al centro con unos guantes ya contaminados, puede provocar un mal mayor.

CRISTINA JUSTE PSICÓLOGA DE LA CASA DE LA MUJER

Otra de las zonas con mayor control son las salas de espera, donde «apenas hay cuatro personas». A pesar de esto, Cortés explica que están siempre al tanto de que se cumplan las medidas de seguridad.