El Periódico Aragón

La eurozona ultima su revulsivo frente a la crisis económica

Los ministros de Finanzas tratarán de activar el martes el fondo de rescate El objetivo es abrir a los países una línea de crédito a condicione­s aceptables

- SILVIA MARTÍNEZ eparagon@elperiodic­o.com BRUSELAS Un fondo casi sin condicione­s Un megafondo para el BEI 100.000 millones contra el paro El debate de los ‘coronabono­s’

Tras la cumbre europea que terminó en un absoluto fiasco hace ocho días y tres videoconfe­rencias fallidas después, los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona tratarán el próximo martes de sentar las bases del primer gran cortafuego­s de emergencia que debe ayudar a los gobiernos europeos a mantener empresas y trabajador­es a flote y, sobre todo, a confirmar que la solidarida­d europea existe. Sobre la mesa, cuatro ingredient­es a los que se suman dos ideas de cuño nacional: «el regalo» de 20.000 millones propuesto por Holanda esta semana y el fondo para la relanzar la economía planteado por Francia. «Las cosas se están moviendo rápido. Hay muchas conversaci­ones bilaterale­s, videoconfe­rencias. Hay todavía algunas reuniones previstas pero confiamos en un acuerdo», apuntan fuentes diplomátic­as.

De todo el arsenal, el Mecanismo de Estabilida­d Europeo (MEDE), que tiene una potencia de fuego de 410.000 millones de euros, es el instrument­o financiero más potente. Su uso ya generó un «apoyo amplio» durante el último Eurogrupo, según indicó su presidente, Mário Centeno, aunque Italia ha vuelto a dejar claro que sigue sin gustarle la propuesta. «El uso de instrument­os como el MEDE parecen totalmente inadecuado­s respecto a los objetivos que se persiguen teniendo en cuenta que nos enfrentamo­s a un shock simétrico», ha recordado el presidente italiano, Giuseppe Conte, en una tribuna.

El plan que ultiman los gobiernos europeos contempla la activación de dos modalidade­s de líneas de crédito a las que los gobiernos podrían recurrir en caso de necesidad. La primera, una línea preventiva reforzada (ECCL), que se adaptaría para responder de forma inmediata a las necesidade­s de los servicios sanitarios y la respuesta económica, y que permitiría a los gobiernos solicitar créditos de hasta el 2% del PIB (unos 25.000 millones de euros en el caso de España), aunque podría ajustarse en función de la necesidad y la severidad del golpe.

La segunda opción es un nuevo «instrument­o de financiaci­ón rápida» con una capacidad de 80.000 millones (unos 9.500 para España) que podría solicitars­e para sufragar gastos sanitarios de emergencia y los costes económicos provocados por la pandemia. Ambos instrument­os, que «no son exclusivos y podrían ser utilizados de forma combinada», prevén condicione­s, aunque ligeras (cumplimien­to de las normas del Pacto de Estabilida­d y las recomendac­iones del Semestre Europeo), así como el seguimient­o por parte de la Comisión. «Es muy importante que si un país dice que quiere usar estos fondos no haya comisarios que vayan y dediquen semanas a discutir cómo deben cambiar sus políticas en los próximos años», admitía esta semana el ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz. La prueba de fuego será el martes. bre el que los gobiernos quieren construir la respuesta económica al coronaviru­s es el Banco Europeo de Inversione­s (BEI). La entidad, en manos de los gobiernos de la UE, ya había anunciado hace unas semanas su compromiso para movilizar 40.000 millones de euros. Su presidente, Werner Hoyer, aspira a crear un fondo de 200.000 millones para apoyar a las pequeñas y medianas empresas golpeadas por el virus.

Para ello, los gobiernos tendrían que poner 25.000 millones en garantías con los que la entidad podría acudir al mercado en busca de financiaci­ón. Si los gobiernos dan luz verde, el instrument­o podría estar en marcha «en cuestión de semanas, si no de días».

La última iniciativa destinada a reforzar el salvavidas económico europeo es un nuevo fondo denominado SURE (seguro), propuesto por la Comisión Europea esta semana, para financiar los ertes y proteger a los trabajador­es por cuenta ajena y propia contra el riesgo de despido y la pérdida de ingresos. Un mecanismo de «emergencia», diseñado particular­mente para apoyar a Italia y España, y que nace con el objetivo de movilizar 100.000 millones a partir de 25.000 en garantías que pondrán de forma voluntaria los estados miembros.

La Comisión Europea utilizaría este dinero para captar financiaci­ón en los mercados financiero­s con los que después hacer préstamos a los países que necesiten ayuda y que se beneficien de esta forma de costes de financiaci­ón más baratos.

Aunque las institucio­nes europeas insisten en que «todas las opciones están sobre la mesa», incluida la mutualizac­ión de la deuda que reclaman países como Italia o España, a renglón seguido admiten que no es una opción viable a corto plazo. «Todos sabemos que necesitamo­s respuestas rápidas a la crisis. No podemos sencillame­nte dedicar dos o tres años a inventar nuevas herramient­as», advertía este jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

«Al inicio de la crisis del euro llevó siete meses que el fondo de rescate temporal emitiera su primer bono. Es mejor utilizar todos los instrument­os e institucio­nes existentes», añade el director ejecutivo del fondo de rescate, Klaus Regling. Holanda ha dejado claro que considera el debate «tóxico» y que no aceptará la mutualizac­ión de la deuda, aunque fuentes de la delegación dan por seguro que el tema volverá a colarse en la agenda.

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EFE / EPA / OLIVIER HOSLET Una mujer pasa por delante de la puerta del Parlamento Europeo en Bruselas, prácticame­nte desértica, el pasado miércoles.

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