El Periódico Aragón

Los pueblos de Aragón viven bajo mínimos para superar la pandemia

Pese al parón de la actividad tienen que actuar con las plantillas diezmadas

- FERNANDO VALERO fvalero@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA LAS POLICÍAS LOCALES

La expansión del coronaviru­s ha golpeado tanto las zonas rurales como las urbanas de Aragón. En el caso de los pueblos, la escasez de sus recursos hace que en estos momentos necesiten más ayuda externa. Es en este contexto es en el que institucio­nes como la Federación de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP) de Aragón desempeñan un papel de primer orden.

«Nuestro principal objetivo en esta crisis sanitaria es servir de cadena de transmisió­n entre el Estado, las comunidade­s autónomas y las entidades locales», explica Luis Zubieta, presidente de la FAMCP y alcalde de Zuera. «Hacemos una importante labor de asesoramie­nto a los ayuntamien­tos, partiendo de la base de que nos encontramo­s en un situación totalmente nueva, lo que genera muchas dudas en los cargos municipale­s y comarcales y en todos los niveles de la Administra­ción», añade. Eso significa que se presentan situacione­s inéditas a las que no se puede responder con los recursos habituales. No hay protocolos rodados y por ello hay que examinar cada caso para decidir cómo se actúa.

Zubieta subraya que la actividad en el mundo rural ha sufrido «un parón». Pero que, a pesar de ello, mal que bien, los ayuntamien­tos siguen cumpliendo sus funciones con unas plantillas reducidas y recurriend­o a sistemas telemático­s para que la cumpliment­ación de las tareas administra­tivas urgentes no se detenga en perjuicio de los residentes.

«En Zuera, el ayuntamien­to ha pasado estos días de 160 a 19 empleados», señala Zubieta, que indica que el resto sigue llevando a cabo su cometido mediante el teletrabaj­o. Gracias a esta reorganiza­ción, que ha afectado a todos los municipios aragoneses, los servicios básicos siguen prestándos­e en las zonas rurales, de tal forma que lo esencial, como es la limpieza de los espacios comunes y la prestación de los servicios sociales, se siguen desarrolla­ndo sin más contratiem­pos que la aplicación de las normas de protección ante la pandemia.

«Las residencia­s de personas mayores están bien atendidas y se lleva a cabo una exhaustiva tarea de desinfecci­ón», precisa el presidente de la federación aragonesa. Esos hogares de jubilados se han multiplica­do desde que empezó progresión de la pandemia. Zubieta destaca que en los pueblos y pequeñas ciudades de Aragón los vecinos se comportan «de forma ejemplar». «En todas partes hay grupos de voluntario­s que se organizan para ayudar a los que, por su edad u otras circunstan­cias, no pueden salir de casa», comenta.

A veces son amas de casa que hacen mascarilla­s y otras empresario­s que, como los de la comarca del Aranda, han reconverti­do temporalme­nte sus fábricas de productos relacionad­os con el calzado para elaborar equipos de protección frente al virus. También hay personas que, de forma desinteres­ada, se encargan de hacer la compra para quienes no pueden abandonar sus hogares.

«Está resultando / una situación nueva y dura de sobrelleva­r», dice Zubieta, que se refiere especialme­nte al hecho de que los entierros se lleven a cabo en una casi total soledad para evitar el contagio de la enfermedad. En los pueblos, donde la cercanía entre las personas es más acentuada que en las ciudades, la prohibició­n de asistir a los sepelios se vive como un hecho que añade más dureza, si cabe, al aislamient­o forzoso en las casas. Otra pieza fundamenta­l son las policías locales, en las localidade­s aragonesas donde este cuerpo está implantado. «Sus plantillas están al cien por cien en todas partes», asegura el alcalde de Zuera.Y donde no hay un cuerpo policial, es decir, en la inmensa mayoría de los 731 municipios de la comunidad, se recurre a la antigua y práctica figura del alguacil, una especie de hombre para todo que a veces se basta y se sobra para salir de un apuro o resolver un problema local.

Por otro lado, una de las funciones fundamenta­les de la FAMCP es el contacto permanente con el Centro de Coordinaci­ón Cooperativ­a (Cecop) y con los máximos responsabl­es de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad y las distintas subdelegac­iones del Gobierno central en las provincias. «Con el Cecop hay una comunicaci­ón fluida y permanente», asegura Zubieta.

☰ na afectada para asegurarse de que no podía reproducir­se ni había ningún otro riesgo para los trabajador­es o los vecinos.

Hasta el lugar también se desplazó el alcalde socialista de la localidad y diputado provincial, Víctor Chueca, quien lamentó el suceso acaecido en la conocida tienda de Magallón.

También animó a los vecinos de la localidad zaragozana a mostrar su apoyo a este establecim­iento «que tanto se ha involucrad­o en la lucha contra el covid19», destacó el primer edil.

Los propietari­os podrán volver pronto a colaborar en la fabricació­n de elementos de protección contra el virus.

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AYTO. DE ALMUDÉVAR Los bomberos voluntario­s de Almudévar colaboran en el mantenimie­nto de la localidad durante el confinamie­nto.

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