Más excluidos que nunca
El estado de alarma agrava la situación en los más de 400 pueblos aragoneses que no tienen sucursal
El cierre de sucursales bancarias ha sido una constante en la última década. La sangría ha afectado a las ciudades pero sobre todo a muchos pueblos que se han quedado excluidos financieramente. En Aragón, unos 420 municipios (más de la mitad de los que tiene la comunidad) carecen de oficina, con los consiguientes problemas que eso genera.
El estado de alarma ha agravado esta exclusión financiera en algunos pueblos, sobre todo entre los más mayores, menos acostumbrados a manejarse con las nuevas tecnologías. «Aquí aún hay gente mayor que tiene que desplazarse hasta Jaca para sacar dinero porque no opera con tarjeta y, claro, estos días es más complicado viajar por el estado de alarma, además de que es un riesgo de cara a nuevos contagios», explica el alcalde de Canfranc Estación, Fernando Sánchez.
La ausencia de oficina (el municipio sí cuenta con dos cajeros automáticos) dificulta también las cosas a los comercios que siguen abiertos a la hora de pedir cambios. «Ya estamos acostumbrados, además en estos días la actividad ha bajado bastante», explican desde el estanco del pueblo.
Este municipio de la comarca de La Jacetania no es el único con más de 500 habitantes y sin sucursal bancaria. Otros como Igriés, Nueno, Siétamo o Paracuellos de Jiloca tampoco tienen. Sin duda, los más perjudicados en todos ellos son los ciudadanos de mayor edad, ya que la banca on line cada vez es más utilizada por el resto de la población.
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