Unos 50 inmigrantes logran entrar en Melilla en un salto violento a la valla
Unos 260 intentaron llegar a España lanzando piedras y garfios y lesionando a un guardia civil Los subsaharianos fueron rechazados en el centro de estancia temporal por la pandemia
La valla de Melilla sufrió la madrugada de ayer uno de los intentos de entrada más numerosos y violentos de los últimos meses, en el que participaron unos 260 inmigrantes subsaharianos, de los cuales alrededor de 50 consiguieron su propósito y dos fueron detenidos.
Fuentes de la Delegación del Gobierno en Melilla informaron de que este salto se produjo sobre las cinco de la madrugada por la zona de Villa Pilar, cercana al centro de menores de la Purísima, una de las tres donde efectivos del Ejército fueron destinados la semana pasada para que colaboraran con la Guardia Civil en la vigilancia del perímetro por el estado de alarma.
Según la Delegación del Gobierno, fue «una entrada masiva y violenta» en la que los inmigrantes superaron a las fuerzas de seguridad marroquíes e intentaron acceder al vallado español, donde se desplegó un dispositivo compuesto por agentes de la Guardia Civil, Fuerzas Armadas y Policía Nacional, contra los que lanzaron piedras y utilizaron garfios, según el Ministerio del Interior.
Un guardia civil sufrió lesiones durante el salto y cuatro inmigrantes tuvieron que ser trasladados al Hospital Comarcal con heridas de consideración, mientras la Cruz Roja también prestó asistencia sanitaria en la puerta del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) a quienes estaban heridos.
Los subsaharianos que lograron saltar la valla estuvieron toda la mañana esperando en la puerta del CETI, al que se les impedió acceder por el peligro que podría suponer su acceso para los más de 1.700 inmigrantes que hay acogidos en él, 200 de ellos menores de edad, más del doble de su capacidad máxima y una de las cifras más elevadas de los últimos años.
A primera hora de la tarde, la Delegación del Gobierno en Melilla informó de que el medio centenar de inmigrantes subsaharianos serán trasladados a «una zona acondicionada y acotada» de la ciudad donde hay un campamento con unas 300 personas sin hogar. Allí, según la Delegación, «se les realizará el control sanitario pertinente» y, aunque no concretó más detalles, fuentes policiales indicaron a Efe que la intención es instalar más carpas modulares en las inmediaciones del Complejo V Pino, a pesar de que en un primer momento se había decidido llevarlos al pabellón Lázaro Fernández.
EXPULSIÓN TRAS LA CRISIS / Se cumple así una de las exigencias del PP, que tras el salto a la valla había pedido que los inmigrantes que habían logrado acceder a la ciudad fueran aislados por la crisis sanitaria del coronavirus mientras se tramitaba su devolución a Marruecos aplicando el Acuerdo de Readmisión que tiene firmado con España, que permitiría entregar al país vecino a estos inmigrantes «con todas las garantías legales y asistencia jurídica» en un plazo no superior a 10 días.
Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró que la expulsión no podrá materializarse hasta que se normalice la situación de las fronteras, cerradas por el coronavirus.
Grande-Marlaska explicó que se tramitarán los correspondientes expedientes a cada uno de los inmigrantes, porque «estamos en un Estado de derecho y la alarma por el coronavirus ni limita ni relaja los derechos de todos», reconoció. Una vez resueltos, se verá si procede la expulsión, aunque, de ser así, no podrá materializarse y tendrían que hacerse cargo los sistemas de acogida.
La delegación melillense del Sindicato Unificado de Policía (SUP) apuntó en su perfil de Twitter que, tras el salto a la valla de los subsaharianos, «hoy se presiona a los agentes de la Policía Nacional para iniciar trámites de expulsión», y se pregunta «adónde los van a expulsar», ya que las fronteras están cerradas.
La Asociación Pro Guardia Civil también se refirió en la misma red social a la aplicación del Acuerdo de Readmisión y dijo que «evitaría lesiones, permitiría que los inmigrantes tuviesen médico, abogado y petición de asilo y podrían ser puestos en la frontera en 10 días».
El salto a la valla de ayer se produce en un momento en el que las entradas a Melilla están muy restringidas, ya que los pasos fronterizos terrestres con Marruecos están cerrados desde el 13 de marzo, y el puerto y el aeropuerto llevan desde el 17 de marzo cerrados a los vuelos y buques de pasaje por una orden del Ministerio de Transportes por la situación del coronavirus.
Este es el primer salto masivo que sufre Melilla desde que el Ministerio del Interior empezó a retirar la sirga tridimensional, y también el primero desde que el pasado 13 de febrero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avalara las devoluciones en caliente.