El Periódico Aragón

Cosechas en peligro

Agricultor­es y temporeros ven positiva la medida pero creen que será difícil ponerla en práctica si no se facilita la movilidad de la mano de obra

- F. V. fvalero@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

Entre marzo y abril se produce una especie de vacío en las zonas hortofrutí­colas de Aragón. Declina la faena en el campo y patronos y temporeros se toman unas semanas de respiro antes de empezar con fuerza la nueva campaña, que empieza con las labores de aclareo de los árboles.

Pero este año es especial. Nadie sabe si los jornaleros que suelen venir por estas fechas en gran número podrán incorporar­se a sus puestos al término de sus vacaciones anuales, que suelen pasar en sus países, tanto en norte de África como en el este de Europa.

El coronaviru­s ha limitado la libertad de movimiento­s de tal manera que los temporeros están como atrapados en su tierra y los propietari­os de frutales no saben muy bien qué va a pasar y temen que se pierdan las cosechas porque no habrá manos suficiente­s para cogerlas.

En este panorama, el decreto del Gobierno para facilitar la contrataci­ón de parados e inmigrante­s en situación irregular ha sido una buena medida, según el sector, pero que quizá llega tarde.

«La Unión Europea y el resto de países de nuestro entorno tendrán que dar facilidade­s de movimiento, a partir del 26 de abril, porque, si no, no va a haber personal para coger la fruta», señala Manuel Rausa, miembro de UAGA y pequeño fruticulto­r en la comarca del Bajo Cinca.

Si no se actúa con rapidez desde ahora mismo, sostiene, la mano de obra quizá no llegue a tiempo y se pierda fruta por falta de manos para cogerla de los árboles.

Walid Ayadi, que trabaja desde hace tiempo de temporero en Caspe, ve que la decisión del Gobierno «está bien». En su opinión, es bueno que el Ejecutivo se fije en los inmigrante­s irregulare­s como un colectivo que puede impedir el desabastec­imiento de productos del campo.

«Hasta ahora, estas personas han sido muy explotadas, ya era hora de que cambiara la forma de verlas», opina Ayadi, que es marroquí. «Lleven el tiempo que lleven aquí, andan por ahí escondidos, con miedo de salir a la calle, y a eso no hay derecho», subraya.

Con todo, a estas alturas del año, en Caspe y su comarca apenas se ven jornaleros, afirma. «Este año no hay gente para trabajar, muchos se han ido a sus paípequeño­s ses, a Polonia, a Argelia, y resulta que ahora no pueden volver», explica.

Y lo mismo sucede con los trabajador­es del campo que suben desde Andalucía cuando flojea la faena en el sur de España, y que ahora están obligados a permanecer encerrados en sus hogares o en los albergues donde residen.

«Si se quiere que la fruta no se pudra sin coger habrá que poner en marcha medidas muy concretas en lo que se refiere al transporte hasta los campos, pues con las actuales limitacion­es los agricultor­es no podemos asumir el coste», apunta Manuel Rausa.

El problema afecta más a los que a los grandes propietari­os de fincas frutícolas dado que los segundos suelen tener abundante personal durante todo el año para cubrir las necesidade­s de grandes extensione­s cultivadas.

En el Bajo Cinca, por otro lado, se da la circunstan­cia de que no hay muchos parados, por lo que habría que permitir la salida de los que se encuentran en las ciudades y que deseen ganarse una dinero haciendo tareas agrícolas.

El problema es de difícil solución. Todo lo que suponga relajar los controles de la población contribuir­á a expandir el coronaviru­s. De ahí que Rausa haga hincapié en que en toda decisión se prime ante todo la salud.

Ahora es una época de quietud en el campo, en lo que se refiere a nivel de actividad, pero una vez pase abril se entrará en los meses de mayor producción agrícola en las zonas especializ­adas en el cultivo de frutales.

Las cosechas de las distintas variedades se sucederán escalonada­mente pero sin parar hasta la vendimia, allá a finales de septiembre. Por eso los patronos y los temporeros al unísono piden que se agilice la contrataci­ón.

«La UE y otros países deberían facilitar la movilidad de los trabajador­es, dice un agricultor

Un jornalero marroquí ve bien que se recurra a irregulare­s y se les deje de explotar

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EL PERIÓDICO Temporeros recogiendo fruta en la zona de La Almunia.

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