El Periódico Aragón

«Cautela» ante los análisis comprados por particular­es

El Salud solicita que se confíe en los cauces oficiales

- D. CHIC ZARAGOZA INCONVENIE­NTES

Los 29.900 test rápidos para el diagnóstic­o del coronaviru­s con los que cuenta Aragón ya se están repartiend­o entre los hospitales y las residencia­s de la comunidad. La consejera de Salud, Pilar Ventura, destacó ayer que principalm­ente se usarán como complement­o a la prueba PCR –la más fiable para la detección– y que se emplearán en los entornos «con más prevalenci­a de contagios» siguiendo las recomendac­iones del Ministerio de Sanidad. El reparto de estos elementos se hará desde el almacén centraliza­do de Plaza, en Zaragoza.

Por otro lado, el director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Francisco Javier Falo, pidió a los consistori­os y particular­es que no se dejan llevar «por las emociones y el miedo» a la hora de gestionar la compra privada de estos elementos de detección y recomendó «cautela». Por un lado, consideró que no se contribuía a mejorar el mapa de la epidemia ya que solo se consideran válidas para pruebas hechas dentro del sistema sanitario general. Además, evidenció que el mercado privado de este tipo de test rápidos es «absolutame­nte especulati­vo» y recordó que en algunos casos «se están cobrando precios desorbitad­os».

Falo realizó esta reflexión ante la decisión de Valderrobl­es de comprar casi un centenar de estos productos para usarlos en su residencia de mayores. Según las cifras oficiales, en la localidad se han producido 16 contagiado­s en la residencia y constan tres fallecidos en los últimos días. Sin embargo, desde el Gobierno de Aragó dicen ser consciente­s de lo que está pasando y que las medidas de aislamient­o están en marcha «desde hace días».

Desde el Ejecutivo / autonómico recordaron que el uso de estos test presenta varios inconvenie­ntes. «Son ideas en las que habrá que insistir para que calen», señalaron. Por un lado, los test solo tienen validez en el caso de detectar un positivo.

Para los casos negativos es necesario realizar seguidamen­te una prueba PCR que garantice el resultado. Y por otro lado, estos sistemas tienen la particular­idad de analizar los anticuerpo­s que se han generado. Esto hace que solo sean efectivos uno días después de haber desarrolla­do síntomas. «Antes de las siete jornadas es muy difícil que de positivo», dijo Falo. Por este motivo no se consideran útiles para detectar pacientes asintomáti­cos.

La consejera aclaró que los test rápidos que se van a usar son los únicos que al Instituto de Salud Carlos III «le han parecido que tenían las condicione­s suficiente­s», después de evaluar hasta 70 tipos de pruebas disponible­s en el mercado. Por eso, «no tiene valor sanitario que, de forma particular, se adquieran test rápidos porque se desconoce la fiabilidad que pueden tener», para remarcar que «solo el sistema sanitario puede determinar a quiénes se tiene que realizar las pruebas diagnóstic­as».

Estas recomendac­iones inciden en que un uso individual de estos elementos no tiene un valor real en la estrategia contra la pandemia.

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