El turismo se marca el reto de salvar al mayor número de empresas
El sector sabe que habrá cierres y se conforma con trabajar a medio gas en agosto Las firmas se agarran al cliente de proximidad para salvar un año casi perdido
El turismo aragonés se resiste a dar el año por perdido, pero sabe que las nubes que se acercan por el horizonte son muy negras. Por eso ahora su máxima prioridad es salvar el mayor número de empresas posibles. En su opinión, dos variables serán necesarias para evitar una «oleada de cierres»: que la administración anuncie nuevas medidas de apoyo y que los turistas de proximidad respondan cuando se vaya levantando poco a poco el confinamiento. La incertidumbre, por tanto, es total y el sector apenas se aventura a cuantificar los daños de una crisis «sin precedentes».
«Aún no sabemos ni cuándo vamos a poder abrir, pero estimamos que, solo en Zaragoza, el impacto de que todos los negocios estén cerrados durante dos meses puede superar los 300 millones de euros», subraya el presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Aragón (CEHTA), Luis Vaquer, que reconoce que la pandemia se va a llevar por delante «a muchas empresas del sector». Por eso se conformaría con que los ingresos una vez reiniciada la actividad «no caigan más del 50%».
Según la patronal turística en España (Exceltur), las pérdidas en la facturación rondarán los 55.000 millones de euros sobre el total del año. Hay que recordar que el turismo aporta unos 150.000 millones anuales al PIB nacional, incluidas las actividades indirectas. En Aragón, el peso del sector no es tan grande como en otras comunidades, pero el golpe también va a ser duro. Basta con recordar por ejemplo el impacto económico que genera solo la Semana Santa: unos 20 millones de euros en Zaragoza y más de nueve millones en el Bajo Aragón.
Todas las fuentes consultadas estiman que el turismo no se reactivará hasta, como mínimo, mediados de junio, cuando se movilice la demanda interior.