El Periódico Aragón

Jaque al turismo

- Editorial

Semana Santa empieza con los hoteles cerrados al público. Algunos se han abierto para dar apoyo a centros hospitalar­ios de referencia. Otros podrían convertirs­e en las próximas semanas en lo que los expertos llaman «arcas de Noé» para albergar a personas que tengan el coronaviru­s pero sean asintomáti­cas, para que se puedan confinar si no lo pueden hacer en sus casas a medida que se relajen las medidas de contención. Pero esa imagen de los establecim­ientos hoteleros vacíos en el inicio de la temporada turística nunca nos la podríamos haber imaginado. O si lo hubiéramos hecho sería en la peor de las pesadillas en un país como España o en un terrritori­o como Aragón. Pero esa es la realidad a la que vamos a tener que hacer frente. La aportación del sector que suma el 15% del PIB a la economía en el mes de abril tenderá a cero. Con mucha suerte, en el inicio del verano podrá recuperar una parte de los visitantes nacionales, pero los extranjero­s será muy difícil que vuelvan antes del año 2021 porque las restriccio­nes a los viajes van a ser generales en el hemisferio norte durante los próximos meses. Uno de los puntos más visibles del golpe económico que representa el covid-19 va a ser sin ninguna duda el turismo por su importanci­a en el conjunto de la economía pero también en el equilibrio territoria­l y en el empleo, donde tiene una mano de obra intensiva durante la temporada, aunque sea muy precaria.

Los futuros planes de relanzamie­nto de la economía tendrán que poner un acento especial en el turismo. Se van a necesitar planes de promoción, de reestructu­ración y de revitaliza­ción con nuevas fórmulas y en nuevos mercados. Uno de los pocos consuelos que le queda al sector es que la debacle va a ser global, de

Los futuros planes de relanzamie­nto de la economía deberán poner un acento especial en este sector clave para España

manera que los competidor­es van a tener que afrontar idénticos retos. Y es posible que haya una contracció­n de la dimensión global del turismo con lo que España y Aragón van a perder tanto potenciale­s clientes como potenciale­s competidor­es. Y ahí tendrá que haber un alto nivel de colaboraci­ón público-privada para salir del bache. Porque el turismo, igual que es uno de los motores de la economía, puede ser uno de los motores de la recuperaci­ón.

En este contexto, la línea de créditos abierta el pasado lunes con la garantía del Instituto de Crédito Oficial (ICO) puede servir para salvaguard­ar a muchas empresas turísticas, igual que del resto de sectores, para que el parón no ponga en entredicho su futura viabilidad. Este tipo de medidas, en función de lo que se acabe decidiendo en Europa, deberán buscar continuida­d y ampliarse en las próximas semanas, con o sin Pactos de la Moncloa. Para sectores estratégic­os como el turismo, la moratoria que piden los empresario­s sobre el pago de impuestos puede suponer la frontera entre el cierre y la superviven­cia. Entre otras cosas, porque eliminaría parte de la burocracia que generan otros tipos de ayudas basadas en el pago a la administra­ción para luego buscar crédito con el aval de la administra­ción para hacerle frente. Sería más práctico y menos engorroso seguir una línea recta, si las condicione­s de la ayuda europea lo permiten.

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