“Me ofrecieron un descuento de 200 €”
Belén Piccioli es argentina, con nacionalidad italiana, y vive en Aragón desde hace 11 años. Actualmente reside en Monzalbarba con su hijo de 10 años y trabaja como comercial para una empresa que gestiona alojamientos turísticos y el alquiler vacacional.
Hasta la declaración del estado de alarma, ella trabajaba habitualmente una jornada de 40 horas, sin embargo, «debido a esta situación mi empresa está en ERTE y me redujeron la jornada a 3 horas diarias. Y con ello la reducción de salario», explica. Además, su remuneración se divide en dos partes, una fija y otra que marca la diferencia, y que se establece en base a los objetivos alcanzados. «Y obviamente estos objetivos desde que estamos en ERTE se dejan de cobrar. Aparte de no obtener esa parte proporcional, está también la reducción salarial» apunta.
Una situación que merma sus ingresos económicos con los que suele hacer frente a los pagos del alquiler de la vivienda que dispone por 500 euros mensuales. «El dueño del piso no sabe cómo tiene que actuar legalmente y me dijo que él, a modo personal, me ofrece un descuento de 200 euros este mes y el que viene», comenta. La comercial lamenta que «estos días hay mucha desinformación.» Y cree que deberían llegar a un acuerdo para afrontar esta situación. «Obviamente, mientras tenga la reducción de jornada, no puedo hacer frente a 500 euros, porque mi nómina va a ser menor de 900 euros seguro, incluso menos de 800», detalla. Be
Su empresa se acogió a un ERTE y redujo su jornada a tres horas diarias
lén es madre soltera y solo dispone de su sueldo para pagar la renta y los recibos de los suministros. «Nadie me pasa pensión ni tengo ninguna ayuda», aclara.
A través del ERTE, sigue contratada por su empresa y trabaja tres horas diarias, en vez de ocho, «esas tres horas las cobro al 100% por parte de la empresa y las cinco restantes las paga el Gobierno al 70%», subraya.