«En Miralbueno hay gente a la que no le han explicado cómo ponerse un EPI»
La residencia de Miralbueno, en Zaragoza, se ha convertido en uno de los centros de covid-19 que ha preparado el Gobierno de Aragón para atender a pacientes de covid-19 leves. Hasta este barrio llegan mayores de otras residencias desbordadas por el número de casos positivos. Fue necesario contratar a personal en cuestión de horas, además de a los sanitarios, que, según una trabajadora que prefiere mantener el anonimato, no tienen la formación necesaria para actuar en una situación así. Estuvo trabajando una semana, tiempo suficiente, dice, para ver «que las cosas no se estaban haciendo bien». «Las zonas limpias o descontaminadas no se respetan, no hay organización ni material suficiente para el cambio de camas diario y el aseo de los mayores».
Asegura que se ha contratado a «cuidadoras» que están tratando con enfermos de coronavirus a las que nadie les ha explicado cómo deben ponerse los EPI (trajes de protección) o desinfectar las habitaciones. «Una acabó intoxicada porque nadie le dijo qué proporción de lejía en agua diluida es la correcta », comenta con rabia. Asegura que son los médicos los que tienen que explicar a estas empleadas cómo tienen que actuar.
Los residentes están solos, confinados en habitaciones sin entretenimiento. «No tienen televisión ni baño propio», critica. No obstante, asegura que tanto médicos como empleados los cuidan con una mimo y cariño exquisito.
En Casa Amparo, competencia del Ayuntamiento de Zaragoza, la situación se ha normalizado después de días de miedo e inseguridad por la falta de material. Una de sus trabajadores, que también pide discreción, asegura que cuando comenzó la crisis «desaparecieron todas las mascarillas como por arte de magia». «Ahora han llegado, pero lo hemos pasado muy mal porque no nos sentíamos protegidas», cuenta por teléfono. «El nivel de ansiedad ha sido tremendo porque no solo nos podemos contagiar nosotras, es que podemos contagiar a un mayor que es peor», añade con la voz quebrada.
Asegura que han estado utilizando la misma bata tres turnos distintos y una mascarilla por turno. Por suerte, ahora hay más material y se ha conseguido lo más importante, evitar que el virus entre dentro de la residencias».
☰
«En Casa Amparo los primeros días lo pasamos fatal porque no teníamos material suficiente»