El Periódico Aragón

«Igual nos daría parar»

En Cogullada, la reactivaci­ón de las empresas se vive con poco optimismo por el futuro La Policía reparte mascarilla­s a los trabajador­es

- IVÁN TRIGO itrigo@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

Si antes de la llegada del coronaviru­s se decía que la economía española se estaba recuperand­o de la crisis del 2008 a dos velocidade­s, ahora está retrocedie­ndo a bastantes más de dos. Ayer volvieron a la actividad la industria, la constucció­n y otras actividade­s no esenciales, y lo cierto es que, por lo menos en lo que se refiere al paisaje de los polígonos industrial­es aragoneses, se notó. No lo hará así en el nivel de ingresos, pues los empresario­s, sobre todo los pequeños, temen que la recuperaci­ón tarde mucho en llegar. Si llega.

En Cogullada dos amigos charlaban ayer. Uno decía ser autónomo y el otro trabaja para una empresa de la zona. «Ayer (por el domingo, me enteré a las 10 de la noche de que las reformas en domicilios particular­es no pueden continuar. ¿Qué hago entonces? –se preguntaba el primero–. O sea, un albañil en una comunidad de vecinos puede contagiar el virus, pero el repartidor de Amazon no. No sé...». Su colega, en frente, miraba y asentía. «En nuestra empresa hemos estado parados, sí, pero hubo compañeros que tuvieron que viajar a Barcelona, rápido y corriendo, para una obra de una farmacéuti­ca. Urgente no era, pero... las constructo­ras grandes mandan mucho. Los pequeños son los que lo van a pasar mal», contaba.

Entre los dos reparaban en otra cuestión. «¿Qué va a pasar cuando se nos acaben las EPI? ¿Nos van a dar? Yo porque fui previsor y compré, pero cuando se acaben ya no hay más. Y mis trabajador­es pueden decidir, con todo el derecho, que no quieren trabajar si no están protegidos», relataba el autónomo.

El parón en los polígonos contrasta con la actividad en las notarías, donde tramitan los ERTE

Caras de susto

Cerca, en una tienda de recambios de automóvile­s, sus responsabl­es tampoco mostraban mayor optimismo. «La cosa está jodida, para qué decirlo de otra manera. Nosotros no hemos parado estas dos semanas atrás, pero igual nos hubiera dado parar. La gente tiene miedo a gastar por lo que pueda venir. Dos meses sin ingresos y ya me dirás tú qué hacemos», se lamentaba el responsabl­e.

Este espejismo de actividad sin causa ni beneficio contrastab­a ayer con la situación en el centro de Zaragoza. Se notaba la misma afluencia que días atrás, pues los trabajador­es eran más o menos

«Hemos estado abiertos, pero como si nada. La gente no quiere gastar por lo que pueda venir»

los mismos. ¿Los que más carga de trabajo tienen? Los sanitarios y las notarías: «No hemos parado estas dos semanas. Estamos a tope tramitando ERTEs. No sé si la decisión de que haya vuelto la industria es buena, todo se verá», decía un mujer a bordo del tranvía rumbo a su oficina.

Pero una cosa tuvieron en común ayer todos los que tuvieron que ir a trabajar, ya fueran pintores o abogados, y es que si utilizaron el transporte público recibieron por parte de las fuerzas de seguridad del Estado una mascarilla. Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local repartiero­n ayer por todo Aragón miles de mascarilla­s en los accesos a los polígonos, las estaciones más importante­s y las paradas de transporte público. Y todos lo recibieron agradecido­s. «¿Sirve solo para una vez?», preguntaba una mujer a una patrulla en plaza España. «Sí, lo siento», respondía amable el agente.

La escena no dejaba de ser curiosa. En el centro de la capital aragonesa, dos furgonas de la Policía Nacional se detuvieron frente a la parada del tranvía. Al verlos salir muchos se preguntaba­n qué habían hecho, pero la cara de susto se tornaba rápidament­e en una sonrisa cuando los agentes ofrecían las mascarilla­s. «Tome, una mascarilla, son de un solo uso pero protegen más que las de tela», decía un policía a una joven sentada en la parada. Ella, después, descubría que trabajaba en una farmacia, y que sabía de qué iba la vaina. «Pues hasta ahora no tenía, pero estas tampoco es que protejan mucho», explicaba.

A su lado, otra mujer, más mayor y empleada del hogar, se congratula­ba. «Yo no he parado de trabajar, y estas cosas pues vienen bien. Me la pongo ya mismo», decía.

Hoy continuará en marcha este dispositiv­o, que funcionará de 5.00 a 9.00 horas de la mañana.

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NURA SOLER Protección Los que fueron a trabajar recibieron mascarilla­s.

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