Revolución de conciencias
La crisis sanitaria que estamos sufriendo, añadida a la inmediata crisis económica que nos va a llegar, y a la ya existente crisis social con la pérdida de valores y crisis territorial, nos ha de servir para reflexionar a qué tipo de sociedad aspiramos a dirigimos. La pandemia del coronavirus ha podido surgir de forma accidental o provocada con intereses espurios, o simplemente porque la naturaleza así lo ha querido, pero ha de servir para que iniciemos una reflexión colectiva. El desarrollo de una sociedad que se considera desarrollada y ejemplo de bienestar como ha sido la europea desde la mitad del siglo XX, nunca ha de pasar por abandonar los valores que nos trajeron la democracia y este bienestar social, para introducirnos en una deriva de pérdida de valores e introducirnos en un mundo excesivamente globalizado que nos destruye como personas para convertirnos en consumidores compulsivos, egoístas y con total falta de empatía hacia los más débiles.
No esperemos a la próxima crisis global para reflexionar. Posiblemente en el mes de mayo se dé por finalizado el confinamiento que tanto sufrimiento nos está ocasionando. ¿Por qué no iniciamos una reflexión colectiva y movilizaciones pacíficas, que sirvan para iniciar un proceso de regeneración política y social?
Eduardo Félez
Cuarte de Huerva (Zaragoza)