Salud y economía
Isidoro Berdié Zaragoza
En estos momentos nos encontramos como Ulises en la Odisea, entre los escollos de Scilax y Caribdis, en nuestro caso entre muerte por coronavirus o muerte por hambre, pues a la catástrofe sanitaria se le añade la económica, que le va a seguir.
Una crisis equivalente a la suma de todas las conocidas hasta ahora, que se marcará en los registros de la Historia como la mayor. Para más inri, esta nos coge en paños menores y el pie cambiado, con un Gobierno social comunista con recetas del siglo XIX, que solo sabe levantar el puño, subir impuestos y cantar su Internacional.
El otro jinete del Apocalipsis es el hambre. Por el hambre eres capaz de quitarle un corrusco a tu madre. Llegan noticias del sur de Italia de saqueos a supermercados por personas desesperadas. Solo las empresas funcionando serán un dique, una auténtica barricada frente al caos y la destrucción general, en el que el dinero no va a servir de nada.
La única y última barricada contra el hambre no es el Estado, ni este Gobierno, sino la empresa. Ojo con matarla o con que se muera, una vez muerta ya no resucitará y en España quien en realidad aporta y reparte es la pequeña y mediana empresa, la grande tiene su capital en paraísos fiscales y no colabora.
¡Salud y Economía!, este sería el grito de un intelectual, asambleario y apolítico. Para que la distopía del Gobierno no se efectúe, será necesario que todas las fuerzas sociales se involucren, y necesitaremos dos armas: inteligencia y disciplina.
Una posible e inminente muerte de empresas llevarán a sus trabajadores a la desesperación de no poder mantenerse ellos y sus familias.
Esta es la comida que tenemos que condimentar.