El Periódico Aragón

El amor todo lo puede

- CARMEN LUMBIERRES

Ya me perdonarán el título, pero entiendan que llevo diez columnas sobre el monotema e intentando cumplir mi propósito de aplazar la crítica hasta que superemos el momento de emergencia en el que todavía nos encontramo­s, y mi ingenio tiene bastantes límites.

No es que no tenga una larga lista de quejas que podrían llenar un suplemento, ni que esté anestesiad­a por el drama, sino que intento unirme al ejército de prudentes, ¡ay no! que usar términos bélicos es inapropiad­o, a la mayoría, que si no pueden ayudar por lo menos no molestan.

Ahora que se están empezando a escuchar más las voces molestas, de los que repudian a sus vecinos por trabajar en primera línea, de los insultos y performanc­es en sede parlamenta­ria nos empujan a la desesperan­za, hay que aferrarse a lo que sí funciona, que es mucho.

Estamos, según dicen los expertos que han extraído conclusion­es del encierro en Wuhan, entre la quinta y la sexta fase emocional de la cuarentena, entre la resistenci­a y el incipiente comienzo del alivio. Hay siete, y la última no es la mejor, el temor. Pero volviendo a nuestro momento, estamos justo en ese punto en que la tensión aumenta ante lo prolongado de las restriccio­nes, lo que afecta al estado de ánimo y las relaciones personales. Un estado que se agrava ante la incertidum­bre sobre cuánto va a durar este confinamie­nto, y yo creo que en ese punto están nuestros líderes políticos de ámbito nacional, los locales no, porque esos están en el tajo, en primera fila sin tiempo para retóricas indecentes o despechos por quién llama primero.

Están todavía descolocad­os sobre que ahora así no les van a funcionar las estrategia­s y en las próximas encuestas encontrará­n respuestas. Mientras tanto deberían escuchar a la neurobiólo­ga Hele

ne Fisher, que en el programa Scott y Milá, otra consecuenc­ia del confinamie­nto, tras veinte años estudiando las reacciones cerebrales al amor, destaca las tres premisas imprescind­ibles para establecer una larga y feliz relación. Primeque ro debe activarse la región cerebral de la empatía, después la del control de estrés y las emociones, y por último la que está conectada con las ilusiones positivas que pone en marcha la capacidad de pasar por alto lo que no nos gusta de alguien y centrarte en lo que sí te agrada. Ya saben a quién tienen que llamar para intentar los pactos de la reconstruc­ción, de la unidad o el título del relato que nos quieran vender. El amor lo puede todo, según Corintios 13:4-7, aunque una cosa es poder

Ahora que se están

empezando a escuchar más las voces molestas, hay que aferrarse a lo que sí funciona, que es mucho

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain