Zaragoza insiste al Estado para poder gastar los remanentes
La oposición dice a Azcón que «arrimará el hombro» en la gestión de la crisis El consistorio cifra en hasta 64 millones el agujero en las cuentas por el virus
El debate político ha regresado al Ayuntamiento de Zaragoza. Ayer se celebró el primer pleno desde que se decretó el estado de alarma, y el alcalde, Jorge Azcón, aprovechó para rendir cuentas ante la oposición. Detalló una por una las medidas que su Gobierno ha ido tomando desde febrero e, incluso, como ya hizo esta misma semana el presidente autonómico, Javier Lambán, pidió perdón por los errores que hayan podido cometer. «No se puede decir que estemos satisfechos cuando hay tantas vidas humanas perdidas. Nos hubiera gustado hacer más», reiteró en más de una ocasión.
El pleno extraordinario fue más una declaración de intenciones que una presentación firme de propuestas. El debate sirvió de preámbulo para las comisiones específicas de cada área que tendrán lugar la semana que viene. Y la oposición tuvo también la oportunidad de recordar que existe. Desde la «lealtad», eso sí, palabra que pronunciaron todos los portavoces de la oposición: Julio Calvo, de Vox; Fernando Rivarés, de Podemos; Pedro Santisteve, de ZeC; y Lola Ranera, del PSOE.
La sesión, que muchos concejales siguieron por videoconferencia, comenzó con un minuto de silencio y con la lectura de una declaración institucional en la que el pleno en su conjunto se adscribía a una petición realizada al Gobierno central por parte de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). El texto exige al Estado que permita a los municipios invertir el 100% de los remanentes para poder capear la crisis que ya está encima.
La oposición, por su parte, se comprometió a «arrimar el hombro», y el alcalde les tendió la mano. «Si me he entendido con el PSOE en la FEMP para llegar a un acuerdo y con Ada Colau para firmar una declaración conjunta con el resto de las siete ciudades más grandes de España, entiendo que aquí nos entenderemos», aseveró Azcón, que pidió prudencia a la oposición. «Para saber cuánto vamos a poder gastar dependeremos del marco jurídico que establezca Madrid y del dinero que nos llegue de otras administraciones», explicó. Según la titular de Hacienda del Ayuntamiento de Zaragoza, María Navarro, la minoración de ingresos que el erario va a padecer estará entre los 53 y los 64 millones de euros.
Sí que admitió el alcalde, aunque tímidamente, que posiblemente Zaragoza tendrá que endeudarse para poder hacer frente a la situación económica sobrevenida por el coronavirus, tal y como le pidieron el PSOE, Podemos y ZeC. Se negó, por el contrario, a subir los impuestos en un futuro. Sin más concreción, Navarro sí que agradeció las propuestas en materia económica de la oposición, que pedían, a grandes rasgos, más protección para los vulnerables. Eso sí, Azcón se negó a confirmar que vayan a rehacer los presupuestos de este año.
A modo de advertencia, o para eximirse de responsabilidades futuras, el equipo de Gobierno de Zaragoza insistió en la idea de que la situación económica de Zaragoza es «muy delicada». «Somos la ciudad más endeudada de España y esto nos va a limitar a la hora de actuar», explicaron tanto la vicealcaldesa, Sara Fernández, como Navarro. Esto que les costó una gresca con la bancada de la izquierda, que siempre se ha negado ha admitir ese mantra, ya que dentro de se ese cómputo se incluye la deuda del tranvía, cifrada en más de 120 millones de euros. Así, el alcalde aseguró que la crisis económica venidera solo será comparable con los efectos que tuvo en España la guerra civil. Pintan bastos para las arcas municipales. Y un acuerdo político concreto es todavía una ilusión.
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