El periodista
El periodista, como cualquier persona, es libre de tener sus ideas políticas e incluso estar afiliado a un partido, pero el buen periodista sabe que los principios que guían su labor son: el respeto por la verdad y el rigor en la búsqueda de la información fidedigna y verificable y, además está regido por estrictas normas de ética y otros valores deontológicos establecidos.
En resumen que ha de ser un profesional que debe dejar aparcadas sus ideas personales y transmitir sola y únicamente lo auténtico y verídico de lo obtenido con su excelente trabajo de investigación. En fin, que sus hijos, si los tiene, no se tengan que avergonzar de su padre que oculta información o la aleja de la realidad, en aras a su personal ideología o la que le impone el periódico o el canal de TV que le pagan.
Sabemos de algún profesional que ha dejado el medio donde trabajaba por no someterse a una conducta indigna de omitir, tergiversar o crear falsas noticias.
También suponemos cuáles son los medios que están autorizados, subvencionados y amparados por el Gobierno con el dinero de todos y, como todo tiene un precio, estos medios agradecidos se deben a lo que mande su benefactor. Los gobiernos son elegidos por los votantes en la confianza de que van a hacer lo mejor. Si algo hacen bueno no hacen más que cumplir con su obligación, pero lo mucho que hacen malo, el periodista tiene que estar al quite para censurarlo con los muchos medios de que dispone.