El Día de Aragón se celebra con un escueto tributo a las víctimas
Los partidos firman una declaración conjunta en un breve acto en las Cortes La presidencia se dejará vacía y por primera vez sonará el himno de España
La celebración del Día de Aragón de mañana será tan anómala como la propia jornada, en mitad de un confinamiento aún sin final claro a la vista y con una tragedia diaria, aunque decreciente, con el número de víctimas. A ellas precisamente irá dedicado el acto, que solo repetirá escenario general, las Cortes de Aragón, pero que variará, como obliga la situación, en todo lo demás.
La breve ceremonia, que no se espera que supere los 20 minutos de duración, será por la tarde, a las 19.30 horas, en el patio de San Martín, en lugar de su habitual ubicación en el de Santa Isabel, frente al patio de los naranjos. Y nadie lo presidirá, dejando simbólicamente vacío este puesto de honor en favor de las víctimas.
Sí asistirá el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, así como el de las Cortes, Javier Sada, acompañado por el resto de miembros de la Mesa del Parlamento aragonés y la Junta de Portavoces. Junto a ellos estarán el Justicia de Aragón, Ángel Dolado, la delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría y el alcalde
En tiempos de crisis, el Estado siempre sale al rescate del sistema económico. Para legitimar dicha tarea, se sirve de una compañera inseparable: la seguridad. De esta forma, Estado y seguridad se convierten en un cóctel demoledor durante este tipo de situaciones, también de pandemias.
Un viejo cóctel que ha sido utilizado una y otra vez en la historia de nuestro país para defenderse de enemigos de todo tipo: moros, franceses, anarquistas, golpistas, rojos, etarras, yihadistas, quiebras financieras, independentistas catalanes. Cualquier medida es justificada con tal de mantener la seguridad de nuestra sociedad. Es así que la seguridad se yergue como razón de Estado. En la era de Zaragoza, Jorge Azcón. Pero poco más, en una ceremonia que suele ser multitudinaria. También por los premiados, que en esta edición no existirán.
El acto comenzará con un breve discurso de Lambán, contextualizando las especiales circunstancias de esta jornada. Lo hará antes de que los partidos firmen una declaración conjunta, simbolizando la unidad necesaria para combatir esta pandemia, entroncándola además con la tradición de pactos de la comunidad.
En ella habrá un especial recuerdo a las víctimas, principales protagonistas en esta jornada, y un elogio a la actitud de la ciudadanía respecto al confinamiento, aguantando estoicamente el recorte de libertades y derechos que les está tocando vivir para contrarrestar el avance de la pandemia.
Tampoco faltará el recuerdo a los trabajadores de la primera línea, desde los sanitarios hasta el resto de los que hacen que se pueda seguir desarrollando una relativa normalidad pese a la tragedia.
Y también por la unidad, / por primera vez desde que se instauró en democracia la celebración del Día de Aragón el 23 de abril no solo sonará el himno de la comunidad, sino el de España. Por una vez, las reivindicaciones del autonomismo cederán espacio a la cohesión nacional, ante la afección global del virus.
El acto se celebrará a puerta cerrada, aunque será retransmitido por las cámaras de Aragón TeleviAragón sión, y los asistentes, obviamente, respetarán el espacio interpersonal que marcan las normas sanitarias.
Este acto será el único que se celebrará este año por el Día de Aragón, ya que el Ejecutivo autonómico, y el presidente Lambán en particular, no tienen ninguna intención de repetir ceremonia o posponer la celebración.
Para más adelante se dejarán los homenajes oficiales, con jornadas de luto y demás, para las víctimas, cuando estas dejen de producirse y se pueda considerar la emergencia superada, al menos desde el punto de vista sanitario. Tocará entonces también dar las despedidas oficiales que han tenido que posponerse por la situación, como la del expresidente Lanzuela.
☰ que vemos como el Estado vuelve a estar en primera plana. Pero esta vez, no con el rostro universalista que se presentó en tiempos pasados, sino con un rostro nacionalista y excluyente.
FRENTE
a la inseguridad generada por las lógicas del mercado global, el Estado-nación reaparece como el garante de una seguridad pérdida. Ante el miedo y la incertidumbre, nos viene a decir, yo estoy aquí para protegeros. Y por qué negarlo, la construcción de una seguridad basada en identidades excluyentes, control social y sospecha al diferente, resulta efectiva. Sin embargo, a este proyecto de Estado, poco parece importarle la inseguridad que nos produce la economía