Las farmacias piden gestionar la adquisición de mascarillas
Reclaman un acceso «controlado» y «universal» a través de la tarjeta sanitaria Valoran la regulación del precio aunque aún no saben cuándo se normalizará el reparto
Las farmacias aragonesas reclaman al Gobierno de Aragón que les permita gestionar la venta de mascarillas a la población. El colectivo se pone a disposición de la Administración para organizar la adquisición de este material de protección a través de la tarjeta sanitaria y entienden que este sistema «garantizaría un acceso universal y controlado a través de la farmacias, como ya está establecido en algunas comunidades autónomas», expone Raquel García Fuentes, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza.
Esta medida, que no implicaría beneficio económico alguno para las farmacias, «facilitaría el acceso en condiciones de igualdad a la población, priorizando su distribución a los más vulnerables, y permitiendo controlar en tiempo real las mascarillas disponibles y dispensadas».
La iniciativa, aseguran las boticas, ya ha sido expuesta a la consejería de Sanidad, aunque fuentes del departamento aseguran que no se ha producido ofrecimiento alguno por parte de un colectivo que admite haber atravesado una situación «dramática» como consecuencia de la falta de abastecimiento. «Las mascarillas llegaban con cuentagotas y a un precio muy elevado y no podíamos satisfacer, día tras día, las necesidades de los usuarios», indica la presidenta de los farmacéuticos zaragozanos, que aseguran haber sido «víctimas» de prácticas irregulares de empresas ajenas al canal de farmacias.
Ahora, tras la regulación, por parte del Gobierno central, del precio máximo –0,96 euros– de la mascarillas quirúrgicas, confían en un cambio radical. «Valoramos positivamente la decisión de regular el precio para evitar la especulación y esperamos que esta medida, aunque llega tarde, consiga poner fin a los abusos que hemos sufrido los farmacéuticos y los ciudadanos, como hemos denunciado reiteradamente en las últimas semanas», subraya García Fuentes.
En ese sentido, el colectivo espera que la distribución «se normalice en los próximos días por parte de las cooperativas farmacéuticas, que están ya empezando a distribuir a las farmacias dentro del precio fijado por el Gobierno». En todo caso, los farmacéuticos advierten de la «necesidad» de «reducir o eliminar» el IVA de estos productos.
Así, los boticarios confían en que lo peor haya pasado ya. «Esperamos que este tema se quede zanjado para que los farmacéuticos nos podamos centrar en lo que es nuestra verdadera misión, que es la atención farmacéutica a la población», expone García Fuentes, que ensalza la labor del gremio durante la crisis. «Estamos realizando un trabajo ejemplar en esta emergencia sanitaria, desplegando todo nuestro potencial sanitario y social, garantizando la prestación farmacéutica a toda la población, con iniciativas muy importantes, como la entrega de medicamentos a domicilio o la dispensación de fármacos hospitalarios, que están permitiendo evitar desplazamientos para reducir riesgo de contagios, contribuir a la adherencia a los tratamientos y descongestionar los centros hospitalarios».
Pero para alcanzar cierta tranquilidad, las boticas todavía deben saber cuándo se normalizará la llegada de las mascarillas FFP2. «Hasta el momento no hemos tenido comunicación oficial sobre la fecha en que podría normalizarse la disponibilidad», lamenta la presidenta.
Ayer, la consejera de Presidencia, Mayte Pérez, aseguró que médico de familia, que, del mismo modo, impone esas dos semanas de rigor como plazo exigido de aislamiento en el domicilio antes de dar el alta a un paciente. Esos 14 día desde el inicio de los síntomas deben estar acompañados de tres días sin ellos, principalmente fiebre.
Y esos requisitos previos al alta también se siguen para tratar a posibles infectados sintomáticos que no han sido sometidos al test. Una vez concluidas esas dos semanas, y siempre que los síntomas hayan desaparecido, el médico de Atención Primaria da el alta del proceso vírico.
Lógicamente, ese aislamiento de catorce días no se aplica a un paciente que tenga algunos síntomas pero que dé negativo en la prueba PCR.