Casado apoya con duras críticas el estado de alarma
Los socios de Gobierno también atacan la gestión
El PP volvió ayer a apoyar la prórroga, como todas las anteriores, pero su líder, Pablo Casado, se mostró muy duro en todo momento. Primero, pidió un minuto de silencio «en honor de las 22.000 víctimas mortales por el coronavirus en España»; entre ellos, su tío, que falleció el martes. «No es de recibo que una nación que se respeta a sí misma no sea capaz ni siquiera de contar a sus muertos», señaló en referencia a los recientes cambios a la hora del cálculo.
«¿Cómo es posible que haya 700 víctimas mortales en Portugal y nosotros tengamos 22.000?», se preguntó el líder conservador, antes de argumentar que si se hubieran tomado las medidas de confinamiento «una semana antes», se hubieran «evitado» más del 60% de los contagios.
Aún más duro se mostró Santiago Abascal. «Paguen las nóminas y váyanse», terminó diciendo el líder de Vox, cuyo partido a votado «no» la prórroga. Un tono distinto empleó Ciudadanos, que desde que estalló la crisis está reorientando su discurso. «Vayamos juntos», dijo el portavoz naranja,
El respiro tampoco le llegó a Sánchez de los socios tradicionales del Gobierno, como ERC. «Nos volvemos a abstener. Una abstención más cercana al no que nunca», dijo Rufián, que detalló los tres «errores» del Ejecutivo, no mantener la paralización de los sectores no esenciales de la economía, el «oportunismo recentralizador» y, la comunicación. Desde Junts per Catalunya (JxCat), Laura Borràs, que ayer sí que intervino, atacó al Gobierno sin autocrítica a la gestión de la Generalitat. «Se les ha acabado el crédito», dijo.
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