El Periódico Aragón

Dimite el ministro de Justicia de Brasil con críticas a Bolsonaro

Sergio Moro cree que el presidente quiere blindar a su familia

- EL PERIÓDICO RÍO DE JANEIRO VUELOS CANCELADOS

En medio de un agravamien­to de la crisis sanitaria, con nuevos picos de muertes por coronaviru­s, Brasil entra en una etapa más peligrosa de su deriva política. Sergio Moro, el juez que en su momento condenó a prisión a Luiz Inacio Lula da Silva y que, como premio, obtuvo de Jair Bolsonaro el Ministerio de Justicia y Seguridad, abandonó ayer el Gobierno de ultraderec­ha. La dimisión obedece a su rechazo a los cambios en la cúpula de la Policía Federal (PF) promovidos por el presidente. Al dar el portazo, Moro dijo que Bolsonaro atentaba contra la «autonomía» de la PF, un límite que ni siquiera el demonizado Partido de los Trabajador­es (PT) se atrevió a cruzar. El ministro renunciant­e dejó entrever que la decisión del capitán retirado de cambiar el mando policial estaría relacionad­a con una necesidad dos semanas a las cuatro y las autoridade­s de Suifenhe han aceitado la delación vecinal con generosas recompensa­s: informar de personas que han cruzado de forma ilegal la frontera o han mentido sobre sus síntomas, contactos con contagiado­s o historial de viaje se paga con 3.000 yuanes (casi 400 euros).

El brote en Heilongjia­ng ha atemorizad­o a las provincias vecinas que forman Dongbei o la zona del noreste. Los viajeros que llegan a Jilin desde Harbin y Mudanjiang son sometidos a una cuarentena forzosa y tienen que pagar de su bolsillo las tres pruebas de detección del coronaviru­s. Shenyang, la capital de Liaoning, ha impuesto medidas similares mientras Xiamen, en la misma provincia, ofrece 15.000 yuanes de blindar a sus hijos. La incomodida­d de Bolsonaro con el trabajo de la PF había aumentado debido a las investigac­iones sobre una equipo de propagació­n de fake news en las redes que atacan a opositores políticos y convocan a las manifestac­iones en favor del cierre del Congreso y la intervenci­ón castrense. Detrás de ellas estaría el concejal Carlos Bolsonaro. «El propio presidente me dijo que quería una persona propia para poder llamar y obtener informació­n, informes de inteligenc­ia. Este tipo de conduc

A China le / inquieta la situación de la pandemia en Rusia, un aliado geopolític­o con el comparte una vasta frontera. Las autoridade­s en Shanghái detectaron semanas atrás a 60 infectados en un vuelo que había despegado de Moscú y el reciente sarpullido de casos en Helongjian­g ha agravado las sospechas. Los miedos se han demostrado más poderosos que la alianza geoestraté­gica: si Moscú canceló los vuelos con China cuando Wuhan se desangraba, ahora Pekín ha cerrado su frontera en Suifenhe y su embajada en Rusia ha aclarado a los chinos que su regreso tendrá que esperar.

☰ ta es inaceptabl­e» dijo Moro. Aseguró también que el mandatario le había expresado su «preocupaci­ón por las investigac­iones que estaban en curso en el Tribunal Federal Supremo» y que apuntan en la misma dirección.

Brasil tuvo ayer un récord de muertes por coronaviru­s. Con los últimos 407 casos computados, el número de fallecidos como consecuenc­ia de la pandemia asciende a 3.735. Pero todos los medios de prensa dan como un hecho de que la cifra de decesos e infectados, hasta ahora unos 50.000, es mucho mayor a la informada oficialmen­te. El avance del covid-19 no es ajeno a la subestimac­ión que hizo Bolsonaro sobre su verdadero alcance. El presidente habló de «una gripecita», lo que generó confianza.

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