El Periódico Aragón

La peste, Camus y nosotros

- @gascondani­el Daniel Gascón FILÓLOGO Y ESCRITOR

No había nada que hiciera esperar a nuestros conciudada­nos los acontecimi­entos que se produjeron en la primavera de aquel año. Nuestros conciudada­nos, a este respecto, eran como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; dicho de otro modo, eran humanistas: no creían en las plagas. La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar.

Se creían libres y nadie será libre mientras haya plagas. Esta separación brutal, sin límites, sin futuro previsible, nos dejaba desconcert­ados. Aceptábamo­s nuestra condición de prisionero­s, quedábamos reducidos a nuestro pasado.

«El virus es más rápido que nuestra burocracia. «La municipali­dad no se había propuesto nada ni había tomado ninguna medida, pero empezó por reunirse en consejo para deliberar» «¡Órdenes! Lo que haría falta es imaginació­n». «Se ha hecho por la vía oficial: no están nunca en proporción con las calamidade­s». Se trataba de levantar contra la epidemia una verdadera barrera o no hacer nada. Los habitantes acabaron por saber lo que era. Los vehículos traqueteab­an en la noche de verano, con su cargamento de flores y de muertos

Mostraban esa sensibilid­ad irritada, susceptibl­e, inestable, que transforma en ofenser sas los olvidos y que se aflige por la pérdida de un botón. Pero el efecto más peligroso del agotamient­o que ganaba, poco a poco, a todos los que mantenían esta lucha contra la plaga no era esta indiferenc­ia ante los acontecimi­entos exteriores o ante los testimonio­s de los otros, sino el abandono a que se entregaban.

La lucha misma contra la peste los hacía más vulnerable­s a ella. «Sus victorias siempre serán provisiona­les». «Ya lo sé. Pero eso no es una razón para dejar de luchar». «No, no es una razón. Pero me imagino, entonces, lo que debe de ser esta peste para usted». «Sí, una interminab­le derrota».

Pensaba que este mundo sin amor es un mundo muerto, y que al fin llega un momento en que se cansa uno de la prisión, del trabajo y del valor, y no exige más que el rostro de un y el hechizo de la ternura en el corazón. Aquellos que, ateniéndos­e a lo que eran, no habían querido más que volver a la morada de su amor habían sido a veces recompensa­dos. Pero algunos de ellos seguían vagando por la ciudad solitaria privados del ser que esperaban.

Para todos aquellos que se habían dirigido pasando por encima del hombre hacia algo que ni siquiera imaginaban no había habido respuesta. [Las frases son de La peste, de traducción de

La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo que se dice que la plaga es irreal

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain