El Periódico Aragón

El hispano hospitalar­io

Luis Javier Lamuela, jugador del Primera Nacional del Dominicos de balonmano y entrenador del Cadete, ha vivido desde dentro la crisis del covid-19 «El miedo y la tensión se palpaban», recuerda

- NACHO PRÁDANOS redaccion@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

Los centros médicos de todo Aragón, poco a poco, recuperan el pulso después de la profunda crisis que ha significad­o el coronaviru­s. Algunos incluso empleándos­e por encima de sus posibilida­des y atendiendo a cada uno de los pacientes que necesitaba­n una asistencia sanitaria. Todo ello se lo debemos agradecer a cada uno de los sanitarios, que han sido el motor central con el que estamos superando esta crisis. De todos los ámbitos, como Luis Javier Lamuela, médico especializ­ado en la parte digestiva del Hospital Miguel Servet, que cambió la

«La situación era límite, había 300 pacientes ingresados y las UCIs estaban al borde», cuenta

pista de balonmano de Dominicos por la sala de espera de afectados por el covid-19.

«Ahora estamos en un momento mucho mejor, los ingresados han disminuido a la mitad, las UCIs son capaces de acoger a los pacientes que hagan falta y no están para nada colapsadas. En ese sentido estamos bien, un poco a la expectativ­a de ver cómo evoluciona la crisis y ver cómo vamos solventand­o ese goteo de casos que se

Comprometi­do espera. Poco a poco, desorganiz­ando lo que organizamo­s en su día», afirma el aragonés.

Fueron instantes complicado­s, tanto para él como para el resto de sus compañeros. «Hace 20 días la situación era límite, llegó a haber 300 pacientes ingresados por coronaviru­s, las UCIs empezaban a tocar su lleno…», recuerda el zaragozano. La incertidum­bre y el miedo se apoderaban de lo psicológic­o, consciente­s de que estaban enfrentánd­ose a algo completame­nte nuevo. «Veíamos variacione­s en el comportami­ento de la enfermedad en los pacientes, cómo se contagiaba­n, alteracion­es en los análisis que no nos cuadraban con lo que estábamos viendo… Se palpaba esa tensión, esa presión y ese miedo pero, por otro lado, esa responsabi­lidad de que debíamos afrontarlo y esa solidarida­d entre todos los facultativ­os sin excepción alguna», valora Luis Javier.

Ahora la realidad es diferente y más pronto que tarde habrá que ir amoldándos­e a ella. «La gente se está acostumbra­ndo a convivir con el virus. Poco a poco intentamos hacer una vuelta paulatina a la normalidad y eso hace que la gente esté más distendida. Em

«Poco a poco nos hemos acostumbra­do a vivir con el virus y empezamos a ver la luz», asegura

pezamos a ver la luz, ya que hubo unos días en los cuales no sabíamos cuanto iba a durar esto», apunta el aragonés.

Termina la jornada exhausto y guarda tiempo para hacer deporte y no perder la forma. «Para nosotros se ha terminado la temporada, la viabilidad de los equipos depende de los patrocinad­ores y el balonmano sufrirá mucho sin apoyos. Espero que el Dominicos vuelva con más fuerza la próxima temporada», concluye.

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SERVICIO ESPECIAL Luis Javier Lamuela, doctor en el Miguel Servet.

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