El Periódico Aragón

Inés Arrimadas y las mujeres de Ciudadanos

El giro al centro que ha dado ya el partido naranja con su nueva líder está respaldado en Aragón por numerosas políticas activas

- Nicolás Espada DIRECTOR DE EL PERIÓDICO DE ARAGÓN nespada@aragon.elperiodic­o.com

Ho y, Ciudadanos clausura su congreso de renovación con su flamante presidenta, Inés Arrimadas, que parece querer dejar latente su posición. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y ver a Edmundo Bal, en la tribuna del Congreso con la mano exigente pero tendida a Sánchez, por el bien de los ciudadanos, y, con las dos manos, izquierda y derecha, hacia Casado y Sánchez, para lograr los famosos pactos de reconstruc­ción, que ellos mismos propusiero­n, deja patente que Arrimadas y su equipo quieren escenifica­r claramente, en estos días de crisis, la utilidad de su partido. Mantienen una posición de propuestas y ayuda, aunque con exigencias y, según su planteamie­nto, ya habrá tiempo de exigir responsabi­lidades.

Este giro al centro, aunque en Cs mantienen que nunca se fueron de él, y ser útiles a la sociedad, queda patente también en los distintos posicionam­ientos, propuestas, proposicio­nes parlamenta­rias y mociones que plantean para realizar una política útil. Estos días se ha visto también en Aragón, en varios ámbitos, donde diputadas como Susana Gaspar defendían a los sanitarios e impulsaban propuestas para la vuelta a la normalidad del sistema sanitario aragonés y para dotar de recursos a la atención primaria; o como Beatriz García, con una proposició­n no de ley para evitar la muerte en soledad de los pacientes con coronaviru­s, que humaniza al parlamento y lo acerca a los ciudadanos, y por la que recibió la felicitaci­ón de todos los grupos; o como Jara Bernués, con un plan de apoyo a la hostelería y el turismo, que también salió adelante con el apoyo de todos los grupos de las Cortes. Igualmente se manifiesta­n en el Ayuntamien­to de Zaragoza, donde la vicealcald­esa, Sara Fernández, presentó una moción para la reconstruc­ción que quiere sentar las bases para alcanzar un acuerdo para salir de la crisis; o la concejala Carmen Herrarte, que ha potenciado la digitaliza­ción del comercio y en plena crisis impulsó una herramient­a para la compra online en el Mercado Central de Zaragoza, o con iniciativa­s de apoyo al pequeño comercio o con un plan de modernizac­ión de la administra­ción para el teletrabaj­o.

Lo cierto es que allí donde están, ahora sí, se esfuerzan en ser útiles y en marcar posicionam­ientos de centro. Esto se demuestra en la negociació­n política, como en las Cortes de Aragón, donde la fuerza de Ciudadanos hace situar al PP en posiciones más alejadas de Vox y más cercanas a ellos, lo que ayuda a que Lambán, que

El rumbo que marca la presidenta no debe volver a torcerse porque la vuelta a la normalidad requiere de pactos y se precisa el centro político

es hombre con experienci­a en la negociació­n, pueda alcanzar acuerdos con todas las fuerzas políticas con más facilidad. También se percibe en el Ayuntamien­to de Zaragoza, donde, aunque ya se sabe que cuando llegan al poder los alcaldes no son ni tan de derechas ni tan de izquierdas como parecían,

Jorge Azcón también se ve obligado a mirar más a Cs, aunque para muchas cuestiones le falta la muleta de Vox.

A nivel nacional es otro cantar. Hoy, quizás, tal y como han venido los acontecimi­entos casi nada más acabar la investidur­a, Sánchez y Rivera ya habrán reflexiona­do que el pacto con Ciudadanos hubiera sido lo mejor, Haya o no arrepentim­iento, lo cierto es que al líder de Cs le costó salir de la vida política y al presidente del Gobierno parece que el pacto actual le está costando muchos quebradero­s de cabeza.

En cualquier caso, la irrupción de tanta mujer, también en Cs, da la impresión que abre un tiempo nuevo. Los datos sobre la buena gestión de la crisis del Covid-19 en países gobernados por mujeres así lo muestran. En el caso de las mujeres de Cs, están demostrand­o estos días que cuando se ponen a gestionar o a ser oposición útil, lo pueden hacer bien. El giro dado por Arrimadas, de momento, única mujer candidata a la Presidenci­a del Gobierno de España, es un valor. En Cataluña fue la única capaz de ganar al nacionalis­mo, aunque luego no supo explicar las posiciones tomadas. Ahora las encuestas empiezan a situarla como la segunda política mejor valorada con una tímida recuperaci­ón de voto.

La V Asamblea acaba marcando varias líneas fundamenta­les: su posición de centro liberal progresist­a, la lucha contra los nacionalis­mos excluyente­s y los populismos y la corrupción, la igualdad de oportunida­des, ofrecer propuestas novedosas y modernas para el avance de la sociedad española, y, especialme­nte, en ser útiles a la ciudadanía mediante una política que así lo demuestre. Mantener estas tesis hasta el final es el objetivo y ojalá no se tuerza porque España necesita un partido de centro, sin adulteraci­ones. Lo ha demostrado nuestra historia reciente siempre que ha sido necesario la negociació­n y el consenso, como con el inicio de la democracia o con los Pactos de la Moncloa liderados por el centro político. Y Aragón siempre ha convivido en democracia con partidos similares con los que se ha avanzado mucho. Ahora, en tiempos de iniciar una nueva normalidad y recomponer la situación que está dejando la crisis sanitaria, hace falta que estas buenas intencione­s se demuestren día a día.

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