Investigando en un frente común
En la comunidad el tejido investigador se ha visto también afectado por la crisis sanitaria. «No hemos podido acceder a los centros de investigación. Únicamente los laboratorios que trabajan en covid-19 o por situaciones excepcionales han tenido acceso», según Pilar Martín.
La investigadora explica que al inicio del confinamiento los diversos centros se coordinaron para localizar equipos, EPI y personal especializado que pudiera actuar para realizar test de RT-PCR en caso de ser necesario. «La organización de los científicos, universidad y los centros de investigación en coordinación con el sistema de salud ha sido ejemplar, en tiempo récord. Pero si bien se nos ha pedido ayuda en caso de necesidad, los científicos somos gente activa y nos hubiera gustado haber ayudado más aún, desde la primera línea», subraya.
Adrián Velázquez añade que se considera, «inexplicablemente», que toda la investigación no relacionada con covid-19 es no esencial, «lo que va a suponer un enorme varapalo para la mayor parte de la investigación», indica.
Grupos de investigación guían ahora su trabajos a encontrar soluciones a esta pandemia en diferentes ámbitos. Velázquez asegura que en España hay potentes grupos de investigación trabajando desde hace años en coronavirus (SARS, MERS) y el desarrollo de vacunas que han redoblado esfuerzos durante estos días, «y que, de no haber sido desatendidos por los gestores de política científica (y política, en general), habrían conseguido optimizar unos prototipos de vacunas mucho más avanzados», afirma.
Martín y Velázquez son investigadores ARAID (Fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo) y lideran actualmente sus proyectos. Aparte de los conocidos, relacionados con la pandemia, el de mayor envergadura en este momento sobre aspectos de vacunas, realizado junto con un consorcio internacional, está codirigido por un investigador ARAID, Santi Ramón, según explica Maite Gálvez, directora de la fundación.
Por otro lado, el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) ha potenciado los aspectos útiles. «No es tanto que lo hayamos inventado, sino que ha cobrado especial relevancia lo que veníamos haciendo o en las cosas que teníamos expertise y conocimiento», subraya su gerente, Sandra García.
La actividad se ha volcado en tratar de apoyar este monotema, que se observa desde todos los puntos de vista posibles. Según García, una de las cosas virtuosas que ha puesto sobre la mesa la situación es que la investigación o es traslacional o no es, y mirando solo lo muy básico no funciona, «necesitamos ser capaces de combinar aspectos», comenta. «En el IACS nos sentimos bastante privilegiados, hemos sido conscientes de que tenemos esta fortaleza, la capacidad de mirar lo que estaba pasando y de tratar de aportar conocimiento desde campos muy distintos», concluye.
Investigadores ARAID y el IACS ejemplifican cómo en la comunidad se trata de combatir el virus