«Lo que queremos es que nadie se quede atrás»
La Plataforma en defensa de las artes escénicas de Zaragoza nace para defender los intereses de la mediana empresa
La polémica cabalgata de Reyes de este año fue la que desató la necesidad ya certificada de que era necesaria la unión de la pequeña y mediana empresa de las artes escénicas de Zaragoza. «Hacía tiempo que unos cuantos íbamos hablando de la necesidad de crear una estructuran que nos representara. Notábamos que las grandes asociaciones no nos representaban porque no tenemos la estructura suficiente para tener las mismas preocupaciones que ellos y, además, no tenemos teatros y locales. Y tampoco somos del Sindicato de Actores y tampoco es justo que estemos ahí porque damos trabajo y contratamos gente. Somos esa mediana empresa, a veces familiar, de dos, tres o cuatro personas que a veces para bolos contratas más, pero que entre todos somos muchos y el lío de la cabalgata de Reyes fue el empujón, la gota que colmó el vaso». Tanto que por fin cristalizó la Plataforma en defensa de las artes escénicas de Zaragoza, tal y como relata uno de sus portavoces, Alberto CastrilloFerrer. La presidenta es Mayte Zamorano, de Almozandia.
Pero, /
¿qué es exactamente esto? «Es una plataforma de artistas que es algo muy difícil de unir porque el ser artistas precisamente nos significa por la diferencia y por eso nos contratan pero todos tenemos unas necesidades básicas y la unión hace la fuerza en momentos como este que no sabemos lo que va a pasar pero si tenemos claro que con una estructura en común somos fuertes», explica un Castrillo-Ferrer que ha sido uno de los promotores de una iniciativa que a pesar de que se acaba de crear ya cuenta con un importante respaldo: «Entre autónomos, sociedades limitadas y asociaciones culturales que funcionan como empresa estamos unos 70 como socios y, además, hay un grupo de gente a la que le interesaba la plataforma pero que no se quiere comprometer por lo que hemos creado un grupo de simpatizantes que engloba a otras 75 y 80 perno sonas». Es decir, es un grupo de trabajadores de las artes escénicas que conforman un núcleo bastante importante de la actividad en la ciudad: «Fíjate –arranca Alberto Castrillo-Ferrer–, hicimos cuentas y en bolos perdidos se han perdido dos millones de euros que bien sabes que no es de ganancias sino de facturación pero es una cantidad importante. Tenemos que creernos que la unión va a hacer la fuerza y eso es lo que nos hace falta. Hay mucho talento en Zaragoza pero hay que tener una estructura fuerte para que no nos dividan», dice con contundencia el director escénico y actor.
Esta plataforma se ha lanzado en un momento complicado para la cultura por la situación que se está atravesando por culpa de la pandemia pero CastrilloFerrer cree que también ha jugado a favor para la asociación: «Es evidente que es un momento malo porque ha roto la estructura de muchos trabajos pero es bueporque ahora se ve clara la necesidad de crear esta plataforma. De hecho, nunca ha habido tanta gente en las reuniones», confiesa un Castrillo-Ferrer, que da un ejemplo claro de lo que puede pasar en la vuelta a la nueva normalidad: «Estamos haciendo un decálogo de cómo vamos a funcionar para salir de bolo. Habrá que repartir mascarillas, pintar la calle con tiza para delimitar las zonas, que no haya ningún contacto con ninguna persona de la localidad, explicarles que toda la escenografía está pasada por ozono y desinfectada y que tenemos los tests hechos y para eso hay que tener fuerza para poder pedirlos».
Una de las primeras medidas de la plataforma ha sido enviar cartas a las diferentes instituciones: «Lo primero para que nos tengan en cuenta y cada vez que convoquen al sector tiene que haber una representación nuestra porque somos una parte importante del sector. Y por otro lado, les hemos mandado propuestas. Lo que queremos es que nadie se quede atrás, preferimos cobrar todos un tercio y que salgamos todos a que unos salgan indemnes y que haya gente que esté pasándolo muy mal», define Castrillo-Ferrer.
Y es que desde la Plataforma en defensa de las artes escénicas en Zaragoza, tienen muy claro cuál es la filosofía que les debe mover: «La gente que trabaja en esto no piensa en su trabajo en un momento así. Piensa en ser útil y en servir a la sociedad. Esta es una profesión muy vocacional y el que no piense eso se ha equivocado muchísimo. Nosotros somos un servicio público, ponemos siempre por delante al público y cuidamos el espíritu, el humor y el alma del espectador. De hecho, tenemos claro que seguramente las primeras funciones que hagamos a la vuelta no ganaremos dinero pero se harán por el placer de hacerlas, de volvernos a encontrar», concluye.
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