El Periódico Aragón

Arrimada al poder

- Sala de máquinas Juan Bolea

Como casi todo en España, la asignatura de religión, la Liga de fútbol, Amancio Ortega, los toros, los desahucios, las kellys y la monarquía, el coronaviru­s se ha politizado y pronto se judicializ­ará.

Izquierda y derecha discrepan en su tratamient­o. Para Pedro Sánchez, en bata blanca, lo primero es la salud; para

Pablo Casado, con corbata negra, la salud y el dinero; y para Inés Arrimadas, color de buena esperanza, salud, dinero y amor. Es el momento de la unidad, dicen los Ciudadanos, de bailar el pasodoble más que el tango arrabalero de Abascal. De ahí que Arrimadas tienda una mano a Sánchez, pero sin dar la otra a Iglesias, alejándose una distancia social del PP, con el que venía marchando por la España asintomáti­ca.

¿Qué habrá pensado Albert Rivera de ese apoyo de su sucesora al PSOE, «a la banda de Sánchez»?

¿Qué habrá pensado Albert Rivera de ese apoyo de su sucesora al PSOE, «a la banda de Sánchez»?

El ex de Ciudadanos, el chico del Ibex de oro, lleva confinado desde su abdicación y no pía, pero uno de sus lugartenie­ntes, Juan Carlos Girauta, ha cantado, o dado la cantada al darse de baja de Cs por ese bolerazo de Inés a Pedro en el Congreso. A Girauta le iba menos la mala banda de Sánchez que una buena banda de música militar, que siempre le supo levantar, no como a Brassens. En sus buenos tiempos con Rivera, Girauta se hacía la España legionaria y santera de Somos novios de la muerte, posando con la cabra de la Legión, el Cristo de los Gitanos y el ministro Jorge

Fernández. Hoy, Girauta abandona a Arrimadas para quién sabe dónde girar, arrimarse mañana.

Decía Adolfo Suárez que el buen político no debía manejar más de tres ideas en un discurso y yo añadiría que tampoco debería utilizar palabras de más de cinco sílabas; como «constituci­onalista», por ejemplo, que tiene siete y se hace fonéticame­nte antipática. La puso de moda Rivera para luchar contra los independen­tistas (seis sílabas), vocablo tan cargante como ellos y que asimismo traba la lengua. Arrimadas ha simplifica­do el lenguaje y las ideas diciéndolo un sí a Sánchez que podría convertirs­e en un no a Casado si los populares se empeñan en salir a cazar con Vox a ese zorro socialcomu­nista (seis sílabas) con coleta en vez de rabo.

Inés Arrimadas reinicia su viaje al centro. ¿Llegará algún día? ☰

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