El Periódico Aragón

Gimeno Pérez*

- ANABEL

Cuando hablo de los trabajador­es autónomos, no hablo desde la distancia. He sido trabajador­a autónoma. Y mi padre lo fue durante la mayor parte de su vida laboral, su pequeña fábrica era el sustento familiar. Una crisis económica se llevó por delante su negocio, las deudas se acumularon, vimos cómo subastaban la maquinaria y en mi casa aprendimos a vivir con el miedo al embargo de nuestra vivienda. Así que sé perfectame­nte lo que es ser autónomo. Sé lo que es la angustia de tener que cuadrar ingresos y gastos. En aquella crisis, como en ninguna otra que yo hubiera conocido hasta ahora, no hubo ningún tipo de ayuda a autónomos y pequeños empresario­s.

Y sé que la situación creada por el covid19 va a provocar una crisis económica brutal, devastador­a. Pero también sé que se están aprobando medidas para que la crisis económica no se convierta en crisis social, para que España no se olvide de nadie, para que no nos dejemos a nadie en la cuneta.

Quiero, por eso, dedicar esta artículo a comentar las medidas que el Gobierno ha puesto en marcha para ayudar a las personas que trabajan por cuenta propia, a las pequeñas empresas que crean empleo y riqueza y dinamizan la vida social. Es la primera vez en la historia que un Gobierno de España en una situación de crisis articula ayudas para trabajador­es autónomos y pymes.

Todas estas medidas se pueden encontrar, fundamenta­lmenten en el Real Decreto-Ley 11/2020 que el Gobierno aprobó el 1 de abril yque entró en vigor al día siguiente. Son ayudas que, junto con otras medidas destinadas a salvar el empleo de los trabajador­es asalariado­s y a fomentar la inclusión social, pueden alcanzar la increíble cifra de 200,000 millones de euros. La crisis es terrible, el esfuerzo para combatirla es titánico.

Podemos clasificar las ayudas en 3 grupos:

A) En el caso de empresario­s que tengan contratado­s a trabajador­es por cuenta ajena y que se vean abocados –como les ha paautónomo­s,

Es la primera vez en la historia que un Gobierno de España en una situación de crisis articula ayudas para estos trabajador­es y pymes

sado a tantos y tantos– a una reducción de la actividad, pueden solicitar la aplicación de un ERTE para suspender totalmente la actividad o reducir las horas de trabajo. Si el SEPE aprueba el ERTE, la empresa queda exonerada -según su tamaño- del pago del 75% o el 100% de las cuotas de la Seguridad Social. Esa reducción de gastos en un periodo de caída brutal de ingresos puede servir para que muchas empresas se recuperen y pueden volver después a la actividad.

Hay que resaltar que aunque a la empresa se le libra de ingresar las cotizacion­es, a los asalariado­s se les cuenta ese tiempo como cotizado para las prestacion­es de la Seguridad Social.

B) Ahora pensemos en el caso de un trabajador autónomo que se ve obligado a cesar en la actividad por una caída brutal de la facturació­n. Puede pedir ante su mutua la prestación por cese de actividad, en la cual cobrará el 70 % de su base reguladora. Además, durante el periodo de cobro de la prestación no tendrá que pagar la cuota de pero se le considerar­á que sí que la ha pagado. Si ha tenido que pagar toda la cuota de marzo o abril (cosa que la Seguridad Social no ha podido evitar por no tener todavía el dato de a quién le aprueba la mutua la prestación y a quién no), la Tesorería de la Seguridad Social le devolverá lo que haya pagado de más, sin tener que solicitarl­o.

Además, incluso aunque reabran su empresa dentro de las condicione­s del proceso de desescalad­a, podrán seguir cobrando la prestación en el mes de mayo. De esta forma, no se elimina la sangría por la caída de ingresos, pero se ayuda a que la reapertura del negocio se produzca en las mejores condicione­s posibles.

C) Por último, el trabajador autónomo puede pedir una moratoria en el pago de cuotas –sin interés– o un aplazamien­to de las mismas, con un interés reducido del 0,5 %

Toda la informació­n está disponible en las páginas www.seg-social.es y www.sepe. es Sería de agradecer que también las institucio­nes más cercanas a la ciudadanía, como los ayuntamien­tos, tengan el color político que tengan, también echen también una mano difundiend­o de estas medidas tan importante­s. Por ejemplo, en el caso de Teruel, el ayuntamien­to cuenta con un concejal de Empresas y autónomos que perfectame­nte podría ayudar en la difusión de esta informació­n, cosa que, hasta ahora, no le he visto hacer.

Entiendo perfectame­nte la incertidum­bre e inquietud de quien duda entre abrir su negocio con un aforo reducido o esperar a poder abrir en mejores condicione­s. Esta situación es inédita y estoy segura de que nadie que tenga un negocio abierto al público podría soportar la idea de que una desescalad­a precipitad­a pudiera causar un aumento del número de contagios entre sus clientes.

Casi 4 millones de trabajador­es reciben la prestación por ERTE. Más de 1,000,000 de autónomos han cobrado la prestación por cierre de actividad. La Tesorería de la Seguridad Social está gestionand­o decenas de miles de solicitude­s de aplazamien­to o moratoria de cuotas. Desde aquí quiero poner en valor y agradecer a las personas que trabajan en la Tesorería de la Seguridad Social, al SEPE, a las direccione­s generales de trabajo y al personal que gestiona ERTE en las administra­ciones autonómica­s. El trabajo de todas estas personas no está siendo reconocido y el aluvión al que se enfrentan en estos momentos no tiene ningún otro precedente histórico.

Mi solidarida­d a todas las trabajador­as y trabajador­es autónomos. Estoy deseando sentir de nuevo la vida en las ciudades y pueblos, con toda su actividad. Que en todas las localidade­s podamos volver a ver vida en vuestras peluquería­s, comercios, bares,... En resumen, que podamos volver a ver vuestros locales abiertos y generando riqueza y creando empleo.

No estáis solos. ¿Alguna vez ha habido en España un Gobierno que ayudara de esta forma a autónomos y pequeños empresario­s? .

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