No estamos solos
A quienes tenemos edades consideradas de riesgo se nos presenta un futuro incierto ya que nuestra movilidad se encuentra en estudio. La mayoría de nosotros estamos en nuestras casas sin la visita de familiares ni amigos. Las expectativas que vemos en los medios son poco halagüeñas… por eso es de agradecer las llamadas interesándose por nuestro estado. A nuestros hijos les decimos que estamos bien, que no se preocupen y en muchos casos es cierto y es que este tiempo de obligado distanciamiento lo llevamos con esperanza y resignación.
Desde hace varios años hemos estado haciendo cursos en varios centros de estudios para mayores, de escritura creativa, de pintura, de historia, de cocina, gimnasia, etc. Una vez terminada la vida laboral había que ocuparse de seguir en alguna actividad que nos mantuviera en forma física y mental y hasta el momento ha sido muy gratificante, pero ahora estamos de parón.
Lo que me ha sorprendido gratamente es haber recibido varias llamadas desde el Patronato Municipal de Educación, nuestros centros de mayores y de la Universidad Popular, servicios que dependen del Ayuntamiento de Zaragoza, interesándose por nuestro estado de salud y nuestra situación anímica y moral. Desde allí donde estamos inscritos están realizando una labor de ofrecimiento en asistencia y asesoramiento para nuestra especial situación, ayuda psicológica, de ánimo y poniendo un teléfono de auxilio para emergencia… y según las circunstancias la posibilidad de entrega al domicilio de menús preparados en los centros para combatir la soledad y nuestras necesidades. Este gesto me ha hecho sentir un emocionado y especial agradecimiento y ha sido el ver que en los terribles tiempos que corren, para algunos, los mayores no estamos solos.