Save the Children reclama un ‘plan Marshall’ para Educación
La organización exige priorizar la enseñanza para evitar la brecha social Aconseja reducir los currículos y cambiar el enfoque memorístico
«Europa se la juega. Europa necesita un nuevo plan Marshall para inyectar liquidez a las economías». La frase es del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Ayer, Save the Children recordó que ese plan Marshall –la ayuda económica masiva que EEUU tendió a una Europa hecha cenizas tras la segunda guerra mundial– también hace falta para salvar la educación en España, golpeada brutalmente por el nuevo virus covid-19.
La organización de defensa de la infancia pidió que los planes autonómicos y estatales para la recuperación social y económica incluyan la educación como «una prioridad». Es decir, dinero. ¿Cuánto? Hace varias semanas, la fundación para la innovación COTEC calculó que cerrar las brechas abiertas en el alumnado por el impacto del coronavirus y el cierre escolar supondría una inversión de 5.000 millones de euros. La conclusión de Save the Children está clara: en los Presupuestos Generales del Estado del 2021 se debería apostar por la educación.
El cierre físico de los centros educativos ha abierto una enorme brecha entre los alumnos que viven en hogares con rentas altas y bajas. La primera consecuencia es la desvinculación de la escuela, algo que conlleva peores resultados académicos, más repeticiones de curso y abandono escolar temprano. España es el país con mayor tasa, el 18%. «Los niños de madres que dejaron la ESO antes de terminarla abandonan el sistema educativo 10 veces más que los hijos de universitarias», recuerda el informe de Save the Children.
El segundo impacto del cierre físico de las escuelas es el llamado olvido veraniego, que se da sobre todo en matemáticas y lectura y equivale a lo que se ha aprendido en un mes. También aquí importa –y mucho– la renta de los hogares. «En las casas con mayor poder adquisitivo se ve menos la televisión, se está más tiempo con los padres y se dedican más horas a realizar actividades y tareas de aprendizaje», destaca el estudio.
El tercer impacto del cierre escolar es la docencia digital. Los técnicos explican que la implementación de la enseñanza online se realizó en un primer momento de manera improvisada y precipitada. En este sentido la brecha digital supone un abismo entre las clases sociales.
De cara al nuevo curso, que en parte será online, Save the Children demanda un refuerzo educativo a principios de septiembre para reenganchar a los alumnos con grupos de estudio que no deberían sobrepasar los seis escolares. La organización considera fundamental «priorizar y condensar el currículo desde un enfoque competencial» y recuerda que la OCDE ya apuesta por centrarse más en las estrategias de aprendizaje que en cubrir temas. El estudio pone como ejemplo a países asiáticos, que ya están reduciendo sus currículos para cambiar de enfoque: en lugar de la memorización, el desarrollo de competencias.
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