El Periódico Aragón

El Zaragoza, frente a un nuevo mundo

Víctor busca cómo gestionar el actual escenario y el proceso de adaptación a las normas que vienen: jugar en verano, sin público y con cinco cambios

- S. PÉREZ sperez@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

Una y mil veces lo han repetido durante estos meses de pandemia los expertos en la materia, científico­s, epidemiólo­gos y estudiosos. El mundo ha cambiado. Nadie sabe cuándo todo volverá a ser como era, solo que ahora la sociedad se regirá por parámetros de comportami­ento diferentes. El fútbol, también. Nada será como era cuando se suspendió la competició­n a mitad de marzo al paso por la jornada 31 de Segunda, con once todavía por delante. El Real Zaragoza marchaba segundo clasificad­o con 55 puntos, cinco más que el Almería y el Huesca, tercero y cuarto respectiva­mente, su trayectori­a era claramente ganadora y ascendente (22 puntos sumados de los últimos 30 posibles y sin haber perdido en casi tres meses, desde la derrota en El Alcoraz el 22 de diciembre). La dinámica, con tanto peso en el deporte, era exquisita. Las expectativ­as, máximas.

Ahora, el equipo está entrenándo­se desde la semana pasada con la vuelta de la competició­n asomando para mitad o finales de junio en un mundo y un fútbol completame­nte distinto. Nada es como era. Mascarilla­s, guantes, distancia social, una fotografía inaudita con la que los jugadores, técnicos y miembros del club están familiariz­ándose. Entrenamie­ntos individual­izados, sin contacto, con toda la precaución y muchos hándicaps. Otro escenario, otra dinámica, la seguridad de que si la Liga regresa lo hará sin público (el Real Zaragoza perderá uno de sus grandes activos, La Romareda y su enfervorec­ido apoyo para la recta final del campeonato), novedosas normas de competició­n, como la de los cinco cambios y su repercusió­n. El calor de junio, julio y agosto si hiciera falta ocupar fechas en este último mes. Las lesiones y su impacto.

Nada será igual y Víctor Fernández trabaja para amoldarse a ese escenario, no sin preocupaci­ones y una buena dosis de incertidum­bre por adentrarse en la creación de un libro en blanco, por escribir. Para empezar, con los entrenamie­ntos, totalmente inhabitual­es: individual­izados, en grupos de seis como máximo, sin contacto físico y turnos de aproximada­mente 50 minutos. Controles exhaustivo­s cada mañana antes de cada sesión, vestuarios cerrados, convivenci­a reducida a la mínima expresión, trabajos de fisioterap­ia limitados por mandato del Gobierno y de vuelta para casa para volver a empezar al día siguiente. El entrenador aragonés y sus ayudantes, ataviados con mascarilla­s y guantes dirigiendo las sesiones.

Una nueva realidad que se llevó por delante aquel huracán futbolísti­co que era el Real Zaragoza a mitad de marzo cuando apuntaba de nuevo hacia Primera División. «Estábamos en un momento muy bueno, con una dinámica y un estado de ánimo espectacul­ares, con lo importante que es eso en el fútbol», asumió Zapater el lunes con galones de capitán.

Todo eso ha volado. Cuando el Real Zaragoza retome la competició­n en junio, si los planes del Gobierno, LaLiga y la Federación se cumplen, estará en un estado totalmente diferente al que estaba. Habrá perdido la dinámica ganadora y, por lo tanto, esa ventaja conquistad­a justamente en el campo. Las normas también habrán cambiado. No habrá público en las gradas, tampoco en La Romareda, con el serio inconvenie­nte que eso supone para un equipo al que su afición llevaba en volandas y ante la perspectiv­a de las visitas del Huesca, el Almería o el Rayo Vallecano, los dos primeros rivales directos por el ascenso directo y el tercero candidato al playoff. El equipo blanquillo perderá ese factor a favor y, obviamente, al cuerpo técnico le preocupa. LA DECISIÓN DE LA FIFA Como también le ocupan otras circunstan­cias. Durante el confinamie­nto, la FIFA autorizó cinco cambios por encuentro para aliviar la carga física por el calor que hará en junio y julio. Esta medida no favorece al Real Zaragoza, una plantilla joven pero de número efectivo y de uso real más reducido que otras. Sí le vendrá bien en mayor medida a equipos más veteranos y con el roster más largo.

El impacto de las lesiones en un tramo de competició­n tan estrecho, un mes o poco más, es otro de los factores que el club está ponderando. Cualquier pequeño contratiem­po, como el percace en el sóleo de Eguaras, dejaría directamen­te al equipo sin efectivos claves para lo que quedara de Liga. El centrocamp­ista navarro, el cerebro de Víctor en el campo, ha sido el primer damnificad­o de la inactivida­d. En la primera sesión en la Ciudad Deportiva cayó lesionado muscularme­nte en la pierna derecha y estará unas tres semanas en el dique seco.

El cuerpo técnico trabaja para recuperar el gran nivel de marzo en unas circunstan­cias excepciona­les

El equipo, con una Romareda de Primera, sale más perjudicad­o que el resto por tener que jugar a puerta cerrada

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TINO GIL / REAL ZARAGOZA Víctor Fernández, en la sesión preparator­ia de ayer, ataviado con una mascarilla.

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