El Periódico Aragón

La excepción a la regla

El serpentean­te trazado que dibuja la N-230 entre las provincias de Lérida y Huesca permite a los vecinos del municipio de Montanuy pasar a Pont de Suert para cubrir sus necesidade­s básicas

- SERGIO RUIZ ANTORÁN eparagon@elperiodic­o.com TOLVA

El río Noguera Ribagorzan­a es la frontera natural entre Aragón y Cataluña. La historia ha querido que la raya administra­tiva serpentee de una orilla a otra. La carretera nacional N230 conecta el llano de Lleida con la Valle de Arán saltando de una comunidad a otra. Esto causa situacione­s pintoresca­s como las que viven los núcleos de Aneto, Bono, Estet o Ginasté, pertenecie­ntes al municipio pirenaico de Montanuy (Huesca) pero con única salida vial a la provincia ilerdense. ¿Qué pueden hacer sus decenas de habitantes en esta fase de la desescalad­a si está prohibido el tránsito entre provincias? «Leerse el BOE», dice taxativa Esther Cereza, alcaldesa de esta localidad.

«El punto 7.1 del Plan de Desescalad­a permite que podamos acceder a otra provincia en estos casos extraordin­arios para cubrir nuestras necesidade­s báca. sicas. Es lo que hemos hecho durante toda la cuarentena y también ahora en este fase». 15 kilómetros de llano a Pont de Suert. 30 de puerto hasta Castejón de Sos, ya en el Valle de Benasque. La realidad del norte de la Franja le conecta cultural y socialment­e con Cataluña. El ambulatori­o o el instituto caen en la ladera de la Alta Ribagorza ilerdense, comarca que, como Huesca, pasó a la fase 1 el pasado lunes. «Es importante aclarar que la norma ha tenido en cuenta casos como el nuestro. No se puede crear alarma donde no la hay», indica preocupada Esther Cereza por la incertidum­bre que se ha sembrado entre sus convecinos.

En Montanuy viven habitualme­nte unos 200 habitantes, muchos de ellos ubicados en áreas aisladas y en edad avanzada. Toda la ribera aragonesa del Noguera Ribagorzan­a, muy afectada por la despoblaci­ón y la falta de servicios, comparte esta situación. «Es que la N-230 entra y sale constantem­ente a Lérida y Hues

Recóndito Nadie se ha puesto a decir en cada cartel que no se puede pasar a la otra provincia. Si está justificad­o no tienes problema en los controles de la Guardia Civil o de los Mossos», insiste Cereza.

Los responsabl­es municipale­s indican que, además del estricto cumplimien­to de la norma, debe prevalecer el sentido común y remarcan que los establecim­ientos de ocio siguen cerrados en Pont de Suert. Durante la cuarentena el ayuntamien­to de Montanuy puso en marcha un servicio de reparto de compra para evitar que las personas en riesgo o sin vehículo tuvieran que bajar a los supermerca­dos de Vilaller o Pont de Suert. Ahora han reactivado el transporte social para que aquellos que tienen alguna necesidad médica de urgencia puedan bajar al ambulatori­o de Pont de Suert. «Hay varias personas que tienen que bajar a hacerse unas analíticas. Siempre guardando las medidas sanitarias que se han impuesto. Porque aunque seamos pocos tenemos que tener claro que hay que seguir todas las recomendac­iones», remarca Cereza.

Al inicio del estado de alarma se localizó un foco de contagio en Laspaules, población pegada a Montanuy, ahora controlado. La ganadería y el turismo es el sustento en estos parajes de alta montaña, a la espera de la ampliación a Castanesa de la estación invernal de Cerler. Los establecim­ientos hoteleros y de restauraci­ón están acometiend­o la adecuación de sus instalacio­nes para poder acoger visitantes en el periodo estival si se restablece la normalidad. En este sentido, la asociación local Punto Pirineos, que aglutina 25 pequeños empresario­s de Montanuy, Bonansa y otros municipios colindante­s, ha puesto en marcha una campaña de promoción para intentar reactivar esta oferta vacacional como un destino seguro y saludable en el escenario postcovid-19.

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EL PERIÓDICO El municipio de Montanuy, al fondo, tras el arcoiris.

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