El Periódico Aragón

El nuevo reto de la ‘Rusa’

El Dominicos ha fichado a la madrileña Sara López, de solo 29 años, para entrenar al equipo de Primera Nacional masculina Es la tercera mujer técnica en una categoría que tiene 96 conjuntos

- R. MARTÍ eparagon@elperiodic­o.com ZARAGOZA

El Balonmano Dominicos es una sorpresa constante. En pocos años ha creado desde cero una de las mejores canteras femeninas de Aragón y hace dos años cogió la batuta del club Reyes Becerril. Ahora, en periodo de confinamie­nto, también se han sucedido las noticias. David Verdugo dejaba de entrenar al equipo femenino de División de Honor Plata y cogía el testigo Iván López, el director técnico de la entidad y entrenador del equipo de Primera. No queda ahí la cosa. Andrea Loscos, la figura del equipo de Plata, dejaba el club para irse al equipo de Tenerife de la Liga Guerreras y la sustituía la internacio­nal malagueña Alba Díaz.

Pero lo mejor aún estaba por llegar. Iván López hizo una jugada maestra y encontró a la persona ideal para entrenar al equipo masculino de Primera. Y no era nadie vinculado con el club, era una madrileña de San Sebastián de los Reyes. Se llama Sara López y ambos ya se conocían desde hace tiempo. «La primera vez que coincidimo­s fue en un Campeonato de España cadete masculino. Él llevaba a un equipo de Montequint­o y yo del Sanse. Después volvimos a coincidir en el curso de entrenador­es», explica Sara López.

El año pasado la madrileña tuvo otro nuevo encuentro y conoció la cantera del club aragonés. «Fue en verano durante una tecnificac­ión de Dominicos. La experienci­a fue muy buena, todo el mundo estaba pendiente de mí como si fuera una más y toda la gente me ayudó», explica la madrileña.

Fue hace dos meses cuando Sara recibió una llamada de Iván López. «Me dijo que buscaba una persona que se involucras­e con cualquier tipo de equipo, de chicos o chicas, y ayudar al proyecto en general. Tengo confianza con Iván, me lo pensé un poquillo hace pocos días y al final acepte», afirma.

La prioridad de Sara será entrenar al equipo masculino de Primera y, aunque lo lleve con normalidad, es una rareza en la categoría. De los 96 equipos de la división de bronce, solo hay dos entrenador­as, María Alirangues, en Pinto, y Susana Pareja, en Mislata. «Hay poca presencia de las chicas en el balonmano masculino, aunque con el tiempo se irá normalizan­do. Pero la mejor manera es no hacer diferencia­s y que no sea significat­ivo», comenta.

Concentrad­a

«Hay poca presencia de las chicas en el balonmano masculino, pero se irá normalizan­do», dice

«Me gusta mucho el juego creativo, el ataque rápido y que el balón fluya», expone la madrileña

López lleva toda la vida vinculada al balonmano en San Sebastián de los Reyes. «Es un pueblo de 90.000 habitantes. Allí tenemos un club de unos 500 chavales», resalta. Además, desde pequeñita todo el mundo la conocía como la Rusa. «El mote viene del instituto. Antes era más rubia que ahora y tenía los ojos azules. Hay gente que ni sabe cómo me llamo», afirma. Pero antes de que ese apodo comenzó a jugar al balonmano, concretame­nte a los diez años. «Era central, pero muy normalita. Llegué a jugar en la máxima categoría madrileña, pero a los 22 años tuve la suerte de retirarme por una lesión en la rodilla», dice con ironía.

Día a día

Entonces tenía claro que lo suyo era el banquillo. «Empecé como monitora a los 16 años echando una mano y mi primer equipo federado fue un alevín con 20 años». Después llegaron sus mayores éxitos. «Lo que más valoro es el ascenso a la División Plata femenina del 2016 y la plata y el bronce con la selección madrileña masculina juvenil en los Campeonato­s

de España», dice la entrenador­a del equipo aragonés.

En el Dominicos, López quiere llevar a la práctica su estilo de juego: «Me gusta mucho el juego creativo, el ataque con juego muy rápido y que el balón fluya. Prefiero las defensas abiertas y equipos vivos que corren al contragolp­e», explica. En ese aspecto, para ella es indiferent­e entrenar a equipos masculinos que femeninos. «Afronto los equipos de la misma manera. Quizás las chicas sean más disciplina­das, pero no encuentro diferencia­s destacadas y todo es más como enfoca el trabajo el tecnico», relata López.

Sara tiene tan solo 29 años y mucho futuro por delante, pero sus expectativ­as no pasan más allá del día a día y su satisfacci­ón personal. «Cualquier entrenador de balonmano tiene como objetivo llegar a la máxima categoría posible. Pero a día de hoy me apasiona el trabajo con la base. Hay que tirar con lo de abajo y que se apunten el mayor número posible de niños. Soy feliz mejorando la cantera de un club», finaliza.

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SERVICIO ESPECIAL Sara López, dirigiendo un partido desde la banda.

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