Redondo para el PP
Martín Sagrera Madrid
Si hay algo que caracteriza a Pedro Sánchez es su constancia, que sus enemigos llaman testarudez.
De ahí que sorprendan sus zigzag en problemas capitales, que algunos hemos defendido como estrategia que hasta ahora le ha salido bastante bien.
Todo lo contrario sucede hoy con la pandemia, como las últimas encuestas, muestran brutalmente, en porcentajes y por la pésima alternativa que hay de otro Gobierno.
Las personas no somos robots, que un Gobierno pueda utilizar como botín tras su victoria. La política tiene mucho de ideología, incluso para quien presuma de ser sólo un profesional, movido por dinero o fama.
No se cambia una mentalidad como una chaqueta.
Quienes enseñamos política y psicoanálisis siempre hemos dudado del botín de Sánchez al poner cada vez más su fe en un gurú que antes lo fuera del PP y formado en Deusto.
No importa que Iván Redondo saliera más o menos rebotado del PP. Si su interés es dinero o fama ambos llevan a cambios de chaqueta o camisetas increíbles, como vemos en esa religión moderna que es el fútbol.
Pero tampoco nadie es del todo inmune a la ideología, por lo que puede que a Redondo le guíen inconscientemente las creencias y métodos del PP.
Agente doble o no, se lo confiese a sí mismo o no, ese hombre sigue siendo, más que nunca, un gran valor, un negocio Redondo para el PP.
Ahí están los hechos y hasta las encuestas que debieran despertar a un Gobierno con ese guía que hoy está tan cerca del despeñadero.