Profetas
Emilio J. Martín Herrero Pina de Ebro (Zaragoza)
Siempre hubo profetas: los mayores, los menores y los otros… Llevo leyendo, desde el inicio de la tragedia, a sesudos vaticinadores que comentan cuánto va a cambiar la sociedad cuando acabe esta desgracia.
Ahora ya se suman hasta los profetas de pacotilla que osan descifrar el mundo futuro y los cambios tan profundos y positivos que vamos a vivir… ¡Y me entra la risa!, vamos, a mí y a cualquiera con sentido común: ¿Quién se imagina a los poderosos cediendo su riqueza a los pobres para alcanzar una sociedad igualitaria…?; ¿quién es capaz de imaginar a los eternos beneficiarios del sudor de los demás dejando esa forma de vivir del prójimo y dedicarse a doblar la espalda y a trabajar como debieran…?; ¿hay, tan solo, una sola persona, que crea firmemente que los okupas, y gente parecida, van a dedicarse a edificar las casas en las que ellos puedan vivir y trabajar…?; ¿acaso los delincuentes de guante blanco, y los otros, van a dejar de falsear, trapichear, engañar, robar o trincar lo que puedan de donde puedan…?. Pues no, porque los ricos se harán más ricos en esta situación de horror; los pobres, como siempre, serán más pobres...
Desgraciadamente todo irá peor ya que el pueblo, el que mantiene la sociedad, las empresas, a las rémoras sociales y a los políticos, está empobrecido, aunque ya se encargarán de exprimirlo lo justo para mantenerlo vivo y rentable. Los que de verdad han perdido ha sido los cientos de miles de inocentes, que trabajaron como mulos levantando el País, Cataluña, las zonas industriales y que han muerto por la desidia de los países y sus dirigentes.