El contagio de la granja de visones tiene origen humano
Las pruebas establecen que el foco originario no son los animales Se ha realizado un estudio de contactos para llegar al foco de la infección
Los análisis realizados a los trabajadores contagiados de coronavirus de una granja de visones de La Puebla de Valverde, en Teruel, han demostrado que su infección, que es asintomática, no procede de los animales, sino de seres humanos.
Así lo aseguraron ayer tanto fuentes de la Delegación del Gobierno de Aragón como de la propia Consejería de Sanidad del Ejecutivo autonómico, que insistieron en que el brote ya está controlado.
En este sentido, precisaron que una persona ajena al trabajo en la granja pero vinculada a un trabajador está en el origen del contagio. De momento, los siete trabajadores infectados de coronavirus se hallan sometidos a confinamiento.
Esta conclusión se ha alcanzado tras la realización de pruebas a los 14 empleados del complejo agropecuario. A siete de ellos se les está haciendo un test de los anticuerpos. Además, la autoridades sanitarias han informado de que se ha realizado un estudio de los contactos, con el fin de remontarse al origen del contagio y poder aislar el foco infeccioso. Este examen parte de uno de los empleados afectados por el coronavirus y se extiende a otra persona no vinculada a la granja, su esposa.
La noticia de este problema causó una gran preocupación entre los vecinos de La Puebla de Valverde. Sin embargo, fuentes del ayuntamiento señalaron que la situación es de normalidad.
Los empleados que trabajan en el criadero de visones son rumanos en su mayoría y no todos residen en la pequeña localidad, sino que lo hacen en Teruel ciudad. Todos los afectados están confinados en sus domicilios.
Con todo, los responsables sanitarios, con el fin de agotar todas las vías, van a hacer un examen de los animales de la granja, para descartar posibles focos infecciosos.
La noticia de que en La Puebla de Valverde podía haber un foco de coronavirus se extendió ayer rápidamente por los medios informativos, a partir del dado de que el origen podría estar en los visones, que se crían para el aprovechamiento de sus pieles, muy apreciados en el mundo de la peletería fina.
Ello se debió al hecho, inconexo, de que en una granja de Holanda habían hallado animales, también visones, supuestamente infectados de la covid-19. Al poner en relación ambos sucesos, lo ocurrido en la población turolense adquirió una notoriedad que se ha reducido tras la realización de los correspondientes análisis.
Los criaderos de visones de La Puebla de Valverde saltaron a la luz pública a principios de este siglo, cuando la suelta de miles de estos animales por parte de un activista antiexplotación de los animales puso al descubierto las condiciones de hacinamiento en que vivían estos animales entonces.
El hecho contribuyó al despertar de la conciencia sobre los derechos de los animales explotados comercialmente, tanto para la obtención de carne como de pieles y otros productos, al dictado de la moda.
Desde entonces se han introducido mejoras en las instalaciones que refuerzan el bienestar animal en todas las facetas, a lo que contribuyen además las periódicas revisiones de las granjas de conformidad a la normativa vigente.
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