El regreso de la suerte
Filas de clientes se acercan a las administraciones de lotería desde su reapertura atraídos por los sorteos que pueden dar un giro a su situación
Desde el pasado lunes, decenas de devotos de la diosa Fortuna hacen fila en las inmediaciones de las administraciones de lotería de Zaragoza. Junto con los carteles de los premios repartidos coexisten otros que indican el aforo ilimitado dentro del establecimiento o las normas de seguridad e higiene. En los mostradores, los geles hidroalcohólicos conviven con las apuestas, y le han quitado su sitio a los bolígrafos, ahora en el interior de la garita de los loteros, que se protegen con mascarillas o pantallas de plástico de los posibles contagios.
Cuando comenzó el estado de alarma, los establecimientos de loterías se vieron obligados con su cierre a paralizar el proceso de venta y a suspender la celebración de sorteos. Tras cerca de dos meses con la persiana bajada, su regreso ha atraído a los fieles, buscando un golpe de azar que cambie sus vidas. «Mucha gente que viene es sobre todo para despejar las dudas que les generan esos sorteos. Son más las explicaciones que damos que los productos que vendemos», explica Alejandro Aznar, de la Lotería del Rosario, en la calle Don Jaime I.
Vuelve la Lotería Nacional
Desde esta semana se pudo empezar a jugar a la Lotería Primitiva y al Euromillón, mientras que a partir del 25 de mayo vuelve el Gordo de la Primitiva y la Bonoloto. La Lotería Nacional empezará a jugarse el 11 de junio, con el sorteo que quedó pendiente el 19 de marzo. «Nosotros creemos que ahora no hay una gran demanda de los juegos porque prácticamente no hay sorteos. Por eso, cuando se alcance una normalidad mayor a la que estábamos acostumbrados, entendemos que es un producto que no se va a deteriorar mucho. Lo vamos a sufrir pero entendemos que los clientes van a volver cuando la situación se estabilice. La lotería es ese producto donde se refugia la gente», valora Aznar.
En este sentido, el propietario de la administración de la Lotería del Rosario considera que las personas más jóvenes sí que entienden la celebración de los sorteos aplazados, pero que por lo general no sucede lo mismo con las personas más mayores: «Con ellos nos está costando que entiendan que llevan un número que se juega a lo mejor el 13 de junio», asegura. Y añade: «Aunque se han aplazado esos sorteos no recuperamos todas esas semanas que no se van a celebrar».
Una situación diferente a la que viven los salones de bingo, que hasta nueva orden permanecen cerrados al público. «Seguimos con los gastos y ahora tenemos una inversión en higiene. Además, no sabemos cuándo podremos abrir, la Administración no nos ha comunicado nada, y por nuestra clientela creemos que nos va a costar empezar», concluye el presidente de la Asociación de Empresarios de Juego Autorizado de Zaragoza, Juan Tristán.
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Los hidrogeles conviven con los boletos y ya no hay bolígrafos en los mostradores