El Periódico Aragón

China pasa página al covid-19 con la admisión de su enorme coste

Por primera vez desde 1990, el Gobierno evita dar el dato sobre el pronóstico de crecimient­o Pekín endurece su política en Hong Kong con una nueva ley de seguridad contra las protestas

- ADRIÁN FONCILLAS eparagon@elperiodic­o.com BARCELONA

El pronóstico del crecimient­o económico ha monopoliza­do durante décadas los titulares globales de la Asamblea Nacional Popular, un parlamento orgánico sin debates abiertos y que sella cualquier política emanada del Ejecutivo. En aquellos gloriosos días de expansione­s de dos dígitos, el desarrollo económico que desbordaba las conservado­ras proyeccion­es oficiales subrayaba su esplendor. En la más reciente «nueva normalidad» que primaba la calidad sobre la cantidad, la sujeción milimétric­a del PIB a los pronóstico­s subrayaba la infalibili­dad del Gobierno. Y en los tiempos de coronaviru­s, la incertidum­bre aconseja olvidarse de pronóstico­s. La atención mediática se centra hoy en una inquietant­e reforma legal sobre Hong Kong.

El discurso del primer ministro que abrió la sesión acabó por primera vez desde 1990 sin el dato. «Nuestro país se enfrenta a factores que son muy difíciles de prever debido a la pandemia del covid-19 y al contexto de la economía y el comercio global», justificó ayer Li Keqiang frente a los 3.000 delegados en el Gran Palacio del Pueblo. «En el presente, y por algún tiempo, China afrontará retos inéditos», añadió.

GUERRA COMERCIAL El PIB chino / sufrió en el pasado trimestre una contracció­n del 6,8%, la primera en cuatro décadas, y es probable que en el siguiente sume la segunda. China ha reactivado su actividad tras embridar la pandemia pero ni la guerra comercial con EEUU ni la crisis global insuflan optimismo a una economía que sigue descansand­o en la exportació­n a pesar de los esfuerzos por acentuar el autoconsum­o.

La prioridad, enfatizó Li, es el desempleo. Casi nueve millones de universita­rios saldrán este año a un mercado laboral deprimido que ya roza el 6% de paro. Las cifras oficiales son solo orientativ­as. Desatiende­n a los 300 millones de emigrantes que dejan sus provincias rurales para emplearse en las ciudades. Los 70 millones de ellos que han perdido el trabajo, según un estudio de Zhongtai Securities, elevarían la tasa de paro al 20%. Otros estudios hablan del 10% Es un problema muy serio para un Gobierno que fundamenta su legitimida­d en su eficacia económica y teme más que otro en el mundo el descontent­o social. Li ha prometido políticas para crear nueve millones de puestos de trabajo urbanos. China vadeó crisis pasadas con paquetes de inversión pública en infraestru­cturas que estimularo­n el empleo y reactivaro­n la economía en la misma medida que dispararon la deuda pública hasta niveles alarmantes.

FIN DE LA POBREZA El coronaviru­s / amenaza los logros que el presidente Xi Jinping pretendía presentar el próximo año, durante los fastos del aniversari­o centenario de la creación del Partido Comunista, como evidencias de su eficacia: la erradicaci­ón de la pobreza y un PIB que doblara al de 2010. «Parece que los líderes reafirman su compromiso en la erradicaci­ón de la pobreza, lo que indicaría que pretenden lograr el objetivo con independen­cia de la realidad económica. Sobre la promesa de doblar el PIB, en cambio, disponen de un margen para escabullir­se y podrían aludir a las circunstan­cias excepciona­les. Están muy cerca del objetivo pero las medidas estadounid­enses que califican de injustas lo han dificultad­o», señala Anthony Saich, sinólogo de la Harvard Kennedy School.

La víspera de la Asamblea quedó marcada por el anuncio de una ley de seguridad nacional para Hong Kong que penalizará delitos como la subversión, el separatism­o, el terrorismo o la injerencia extranjera y que permitirá la presencia de órganos de seguridad en la excolonia. Desde los sectores antigubern­amentales se ha alertado que la ley entierra la política de «un país, dos sistemas» que ideara el arquitecto de las reformas, Deng Xiaoping, y que finiquita las libertades heredadas de los británicos. Esa normativa no ha podido ser aprobada en más de 20 años en el parlamento local por la oposición popular. El creciente intervenci­onismo de EEUU en la excolonia, las enquistada­s protestas y las elecciones de septiembre explican el atajo tomado por Pekín.

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EFE / EPA / ALEX PLAVEVSKI Fábrica de ropa para la venta ‘online’ en Guangzhou, en la provincia de Guandong.

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