«Si no hay rebrotes que obliguen a una nueva paralización económica, lo peor habrá pasado»
–¿Con qué debilidades y fortalezas cuenta la comunidad?
–En Aragón la industria tiene un mayor peso que en España, el empleo sufre menos la temporalidad y el nivel de formación de los trabajadores es mayor. La comunidad cuenta además con proyectos en energías renovables, agroalimentación, logística y nuevas tecnologías que van a actuar como locomotoras de la recuperación en los próximos años. La principal debilidad es la escasa presencia de servicios de valor añadido que creen empleo cualificado para retener el talento de nuestros jóvenes.
–¿Cómo está siendo el trabajo del grupo asesor de la DGA?
–Estamos valorando cómo implementar un Fondo de Recuperación Empresarial dirigido a los sectores más afectados, mediante distintos instrumentos financieros, para aquellas empresas y actividades que hace tres meses eran perfectamente viables y que ahora tienen problemas de solvencia. El reto es tan grande que solo se podrá afrontar con fondos europeos; confiamos que la Unión Europa estará a la altura de las exigencias, como han manifestado ya Francia y Alemania.
–¿Cómo valora la gestión del Gobierno de España?
–La respuesta de la política económica ha sido mucho más rápida y acertada que en crisis precedentes. En esta primera parte de la crisis, las medidas han ido destinadas a sostener las rentas de los trabajadores y autónomos afectados y a proporcionar liquidez a las empresas. Hay que pensar ya en la segunda parte, en la recuperación; el problema es que las cuentas públicas españolas no tienen margen de maniobra y habrá que obtener recursos europeos para ello.
–¿Es partidario de derogar la reforma laboral?
–Mientras estemos en medio de una situación de excepcionalidad como la de la actual crisis, no soy partidario de introducir cambios en los principios básicos de la legislación laboral. Pero es verdad que hay aspectos que deben ser objeto de reforma cuando esto pase, y a mi juicio, el más importante es cómo reducir la temporalidad y aumentar la empleabilidad de los jóvenes.
–¿Cómo afecta esta crisis al sistema pública de pensiones?
–Afecta a todo lo que depende de los presupuestos públicos. El déficit público va a ser de unos 11 puntos del PIB en el 2020 y de otros 7 puntos en el 2021. Es verdad que esas cifras son el resultado de una situación de emergencia, pero la reforma de las pensiones ya era necesaria antes de esta crisis y no debería aplazarse por mucho tiempo; eso sí, afectando lo menos posible a los actuales jubilados.
–¿Cómo ve al sector financiero?
–El sector bancario está ahora en una posición incomparablemente mejor que la que tenía antes de la crisis del 2008. Por eso puede afrontar con mayores garantías el impacto de la crisis y eso es muy positivo para el conjunto de la economía.
–¿Cómo recuerda sus años como consejero de Economía?
–Lo mejor: compartir un proyecto de progreso con empresarios, sindicatos, ayuntamientos e instituciones financieras. La ilusión por hacer país y la recompensa de ver los resultados: reforzar los sectores de liderazgo, como el automóvil, y diversificar en otros, como la logística, la nieve, el turismo, el papel o las TIC. Y todo ello mejorando servicios públicos recién transferidos a Aragón como la educación y la sanidad. En lo personal, lo mejor, poder trabajar con un equipo de colaboradores de una competencia técnica y una entrega al servicio público extraordinarios. Lo peor, ya lo digerí hace tiempo, prefiero dejarlo quieto.
–¿Cómo es la crisis en el fútbol?
–La crisis está siendo terrible en el mundo del fútbol, y no solo en el profesional, que es el que más percibe la gente, sino también en el fútbol aficionado y en el fútbol base. Lo peor va a ser tener que recuperar las competiciones a puerta cerrada, pero confío que en unos meses todo esto termine y volvamos a disfrutar del fútbol como siempre lo hemos hecho.
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